MÉXICO, D.F.(Agencia Reforma)
Los policías federales libran a diario un batalla... contra su propia comida. La Policía Federal los alimenta con tortas, sándwiches o barras energéticas.
De ese tipo de comida están compuestos los “box lunch” que la corporación reparte entre los agentes comisionados para vigilar casas de seguridad, fungir como escoltas de funcionarios, instalar vallas o contener manifestaciones.
“Los comandantes viajando en camionetas de lujo y nosotros comiendo basura”, reniega un elemento que pide al anonimato, pero que se queja por la comida que recibió la semana pasada durante una de sus guardias.
El menú para el desayuno incluye una leche de 250 mililitros, dos barras crujientes con avena y rellenas de fruta, una manzana, y un paquete de granolas y hojuelas Quaker.
Para la comida, una torta o un sándwich, un refresco Mirinda, una naranja y una barra de cereal con cacahuate, cajeta y sabor a chocolate.
La tercera ración del día es casi idéntica a la de la comida, salvo que en ocasiones la torta o el sándwich son cambiados por un pan dulce.
“Cuando fue lo de la (toma de) Luz y Fuerza nos estuvieron dando (lo mismo) todos los días. No es nada nutritivo y no es suficiente. Hay veces que el jamón viene verde, está enlamado, las leches están caducadas (sic)”, indicó otro elemento.
“Es todos los días lo mismo, comida fría cuando realmente necesitas una alimentación caliente, a veces está caducada y viene hasta con pelos (...) la comida como la trasladan ya va en pésimas condiciones y nos la comemos porque es la única opción que tenemos.
La mayoría se enferma de comer eso, te da diarrea o a veces te estriñes o no sé qué te pasa”, criticó uno más de los elementos de la PF.
Los “box lunch” son elaborados por la empresa Serel S.A. de C.V. Consultada por Reforma, declinó hacer comentarios arguyendo que una de las cláusulas de su contrato con la SSP incluye el factor de la confidencialidad.
La nutrióloga Xaviera Cabada, de la organización El Poder del Consumidor, criticó que los alimentos que le proveen a los agentes contienen demasiada azúcar y pocos nutrientes.
“Cuando son puros azúcares o pura grasa entonces te puede provocar sobrepeso y obesidad, diabetes, ansiedad porque es demasiado contenido energético y no lo puedes gastar. También se ha visto que gente que consume mucho de este tipo de alimentos tiende a ser un poco más agresiva precisamente por esta ansiedad, por los componentes químicos.
“(La ausencia de nutrientes) provoca falta de ánimo, depresión, falta de energía, desánimo, falta de atención, porque no hay una nutrición celular porque nada más estás alimentando para llenar, pero en realidad no estás nutriendo las células”, advirtió.
Cabada estima que, para desempeñar sus actividades, los agentes deben consumir, cuando mucho, 10 cucharadas de azúcar al día, sin embargo, tan sólo la lata de refresco les aporta siete, a lo que todavía hay que agregar la otra lata (de refresco) que reciben por la noche, las dos barras de cereal con cacahuate, cajeta y sabor a chocolate, y el gran porcentaje de dulce que contienen las granolas y hojuelas Quaker.
También criticó que no les den agua, pues todos los días deberían consumir al menos entre dos y tres litros.
A veces, los policías prefieren quedarse con hambre, tirar o regalar los alimentos que les entrega la corporación y mejor buscan dónde comer por su propia cuenta.
“Muchas veces nos quedamos con hambre, en ves de comer eso buscamos otra cosa, una comida corrida, un restaurancito, algo más nutritivo que sólo una torta y refresco”, dijo uno de los elementos.
Si no comen lo que la PF les asigna, los agentes gastan hasta 120 pesos diarios en sus propios alimentos. Consultada sobre el tema, hasta el cierre de edición, la SSP federal no había emitido una respuesta oficial.