Editorial-La Jornada
El incremento en los precios de los medicamentos de patente que se comercializan en México constituye otro aspecto desalentador para las familias de toda la República –en especial las de menores ingresos–, habida cuenta de que, en promedio, poco más de la mitad del dinero que las mismas gastan en salud lo destinan a la compra de fármacos. El sistema sanitario nacional no proporciona una cobertura total en lo referente a este rubro, hecho que contribuye a que más de 70 por ciento de los gastos realizados para la compra de medicinas en el país sea pagado por los usuarios de éstas. A semejante dato se le suma otro que representa un motivo de inquietud adicional: el Issste no está en condiciones de surtir al menos 25 por ciento de las recetas que expide, promedio que apenas desciende un poco en las secretarías de salud estatales (23 por ciento, aproximadamente). En cuanto al IMSS, sólo deja de proveer una proporción estimada en 10 por ciento, pero ello significa, como en los otros casos, que son los pacientes quienes deben hacerse cargo de su adquisición.