Los pueblos indígenas se levantan. El país se remueve en sus entrañas. Como siempre, no habrá información en los grandes medios. Los corporativos colgarán apenas algunas anécdotas que buscarán hacer parecer a los pueblos originarios un accesorio más, casi folclórico, del sistema (¿debemos decir “mercado”?) político mexicano.
La soberbia y el desprecio de los medios de comunicación hacia las naciones, pueblos, tribus y comunidades del México profundo son extensiones de esas mismas soberbia y desprecio que por siglos han gastado políticos, empresarios, latifundistas, dominadores, capitalistas, hacia los habitantes originarios de este país.
Hoy los indígenas han hablado entre ellos y se han puesto de acuerdo. Bajan de las montañas y las sierras. Suben de las cañadas y laderas. Vienen de las selvas abigarradas; de los remolinos del desierto; de los bosques de ocote, oyamel y neblina; de las costas saladas, remojadas por milenios.