El profesor tzotzil saboreó en el DF la libertad recobrada
Hermann Bellinghausen | Periódico La Jornada | Domingo 3 de noviembre de 2013, p. 11
Y cuando Alberto Patishtán Gómez salió por primera vez a la calle en entera libertad y caminó a través del barrio de El Carmen hacia el centro del pueblo de Coyoacán, vio que muchos, muchísimos, se habían convertido en zombis. Paseantes con él. Con cabelleras fosforescentes, rostros maquillados en blanco y negro, sangre abundante, dientes horrorosos. (No sólo a Brad Pitt le pasan estas cosas en Guerra mundial Z.) Y los que no, eran brujas, demonios, diablos medievales, catrinas y catrines. Ríos de gente se dirigían al Parque Centenario convocados por el Día de los Muertos. Claro, también había gente normal, como él y la joven familia de su hija Gabriela. Pero de que aquello era una romería, era.