Gilberto López y Rivas | Opinión-La Jornada
La maquinaria legislativa de la oligarquía colaboracionista está lista para aprobar las reformas constitucionales requeridas por el capital trasnacional para apoderarse de Pemex y de la energía eléctrica que aún pertenecen a la nación y al pueblo, que es, por cierto, el sujeto socio-político en quien radica la soberanía, acorde con el artículo 39 de la Constitución. Con esta acción vergonzosa se consumaría el crimen de lesa patria que haría de Enrique Peña Nieto y de quienes voten a favor de su iniciativa, traidores al interés nacional y, como tales, tendrían que rendir cuentas ante la historia de este país ocupado por corporaciones y agentes extranjeros, y ante las generaciones de mexicanos que tendrían, con esta medida, hipotecado su futuro.