Pozos de desecho de fracking, extracción convencional de hidrocarburos y minería potencian la sismicidad natural de México, señala científico. No obstante el riesgo, el gobierno privilegia esas industrias: sólo el fracking abarca más de 42 mil km2 pese a que, en algunos sitios, coincide con fallas geológicas.
La inyección de desechos generados por el fracking o fractura hidráulica empleada para extraer hidrocarburos no convencionales, la explotación convencional de petróleo y gas y la minería inciden en la sismicidad natural de México, considerado un país altamente sísmico por asentarse en cinco placas tectónicas.