Luis Hernández Navarro / Opinión / La Jornada
Un triunfo rotundo de la revolución bolivariana.
Una derrota contundente de la oposición y sus aliados. Un mensaje
claro del pueblo venezolano. Esas son las principales enseñanzas de las
elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) del pasado 30
de julio.
Un triunfo del chavismo porque movilizó a las urnas a más de 8
millones de votantes. Una derrota de la oposición porque
infructuosamente trató de impedir, de todas las maneras posibles, la
violencia incluida, la realización de los comicios. Un aviso inequívoco
de los pobres venezolanos: quieren paz y no están dispuestos a que se
les cancelen las conquistas de su revolución.El chavismo tuvo en estas elecciones 400 mil votos más de los que la oposición alcanzó en las elecciones legislativas de 2015. En aquel entonces, la Mesa de Unidad Democrática (MUD) alcanzó 7 millones 726 mil 66 sufragios, la votación más alta en su historia.