Arturo Alcalde Justiniani | Opinión-La Jornada
En un escenario desolador, en el que día a día se despoja a la población de sus derechos laborales mediante todo tipo de abusos, cobijados e incluso promovidos por las autoridades, es alentador conocer de resoluciones emitidas por tribunales de amparo que ponen las cosas en su lugar, aún cuando existan de por medio muchos intereses creados o influencias a contracorriente. Un ejemplo destacado es la reciente sentencia dictada por el tercer tribunal colegiado en materia de trabajo del primer circuito, que resolvió declarar ilegal el mecanismo mediante el cual Bancomer ha venido esquilmando los derechos de decenas de miles de sus trabajadores, privándolos de su reparto de utilidades equivalente a 10 por ciento y de otras prestaciones que, como auténticos trabajadores bancarios, deberían gozar.