Julio Hernández López - Astillero

Más que forzarla a
salir del salón donde exhortaba a pedir perdón por la muerte de los
normalistas de Ayotzinapa, los definitorios estrategas políticos, mejor
conocidos como Estado Mayor Presidencial, debieron hacer que su
mexiquense protegido aprovechara la circunstancia y cumpliera con esa
exigencia menor, relativamente fácil de conceder, que le pretendía hacer
una mujer, luego extraoficialmente identificada como Erica Barrón.