Cuando se habla de rapiña contra el patrimonio de Petróleos Mexicanos (Pemex) inmediatamente se piensa en el flagelo del robo de combustibles, que tan sólo en enero pasado ascendió a 414 mil barriles; así como en los llamados moches o diezmos, que son los sobornos que empresarios pagan a algunos funcionarios de la petrolera para ganar contratos. Lamentablemente para la nación, éstos no son los únicos fenómenos delictivos que padece la principal empresa del Estado: también hay el llamado robo hormiga, aunque en Pemex ha cobrado dimensiones mayúsculas. No se trata, pues, de la sustracción de un lápiz o un paquete de hojas de papel, sino de un saqueo de grandes dimensiones. En un reporte pormenorizado al que Agenda de la Corrupción tuvo acceso, la petrolera da cuenta de que le han sustraído ilegalmente desde equipo de trabajo hasta autotanques e incluso una torre autosoportada de 100 metros de altura.
8 mayo 2016 | Nancy Flores | Contralínea
8 mayo 2016 | Nancy Flores | Contralínea