Antonio Gershenson | Opinión-La Jornada
Veinticuatro procesos en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), por casi 10 mil millones de dólares. Dejan al final, para que no se note tanto, a dos gasoductos desde Estados Unidos, concretamente desde Texas, que no sólo aumentan la dependencia del gas de las importaciones, sino que cuestan entre los dos 4 mil 600 millones de dólares, casi la mitad que el costo de los 24 procesos. Un gasoducto, marino, del sur de Texas a Tuxpan tiene 800 kilómetros y cuesta 3 mil 100 millones de dólares. El otro, de Brownsville, Texas, a Nueces, tendría 250 kilómetros. Estarían listos en junio de 2018, pero las fechas de estos señores son muy elásticas. El gas natural es un material estratégico, de él depende el funcionamiento de importantes industrias, incluso Pemex. Los funcionarios de Pemex cooperan a fabricar la necesidad de gas, tema en que durante décadas había sido independiente México. Algo les tocará del botín.