Este 14 de diciembre el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) cumple un siglo de haber sido fundado. Pocas son las organizaciones sociales en México que sobreviven para celebrar un centenario, y menos las que pueden hacerlo sin haber sido prohijadas por el corporativismo gubernamental y presumiendo una vida tan rica. Naturalmente, son 100 años de historia de México. Nacido en plena Revolución Mexicana, al calor de la entrada triunfante de los ejércitos revolucionarios de Villa y Zapata a la capital en aquel diciembre de 1914, el SME surgió de la autorganización obrera, de las mutualistas y otras formas de organización que no pedían permiso para existir –a las que por cierto está volviendo a remitir a la clase trabajadora la regresión neoliberal– y que darían paso, no sin polémica interna, a la entonces nueva ola de sindicalización y luego a la contratación colectiva.