Se trata de uno de los planes de infraestructura más importantes para el actual sexenio, pero a nadie se le ocurrió preguntar si los habitantes de la zona intervenida estaban de acuerdo con la edificación de las dos termoeléctricas y el gasoducto del Proyecto Integral Morelos. Hoy, tanto el gobierno federal como los de Puebla y Morelos emplean toda la fuerza de los juzgados y sobre todo las amenazas y agresiones para levantar una serie de obras cuyo beneficio ni siquiera está claro.
11 mayo 2014 | Gabriela Hernández y Arturo Rodríguez | Proceso