En el patio de los “Pasos perdidos” en el interior del edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, existen cuatro murales de José Clemente Orozco, cuyo de estos pocos se conoce.
Uno de ellos titulado Riquezas nacionales, refleja la mexicanidad, muy al estilo del hijo ilustre de Zapotlán el Grande, que plasmaba en la años posteriores a la revolución, con el grabado de la silueta de un jaguar, algunos iconos de los pueblos originarios de México, así como sus recursos naturales, entre ellos el petróleo representado por un oleoducto, de inmediato nos habla de la figura de Lázaro Cárdenas del Río, pues fue en su presidencia, cuando se construye este gran edificio en 1941, ubicado a una cuadra de Palacio Nacional, en la capital del país.