Transferir fondos sería como abrir un hoyo para tapar otro, afirma Antonio Vital
Debe realizarse una auditoría financiera exhaustiva, y dejar de anunciar la quiebra cada año, dice
Fernando Camacho Servín | Periódico La Jornada | Viernes 8 de julio de 2011, p. 45
En vez de anunciar cada año la quiebra del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) –como hizo de nuevo el director, Daniel Karam, en el informe enviado al Congreso de la Unión–, las autoridades deben transparentar la administración y admitir que la reforma de 1995 a su ley orgánica no sirvió para arreglar los problemas del organismo, afirmó Antonio Vital, representante de la Alianza de Trabajadores de la Salud.
Vital también llamó a recuperar los dos billones de pesos de los trabajadores en manos de las Administradoras de fondos para el retiro (Afore).
"La quiebra del Seguro Social nos la anuncian cada año. Nos están preparando para expedirle un certificado de defunción en lugar de ver en qué está funcionando mal, como el fracaso de las reformas que se le hicieron al instituto hace 16 años", indicó.
La solución que plantea el director del IMSS, agregó, es muy delicada, puesto que transferir dinero de los rubros de invalidez, muerte y riesgos de trabajo a los de enfermedad y maternidad sería como abrir un hoyo para tapar otro, y no se resolvería el problema de fondo.
Lo que debe hacerse, subrayó Vital, es restituir las aportaciones patronales en una medida justa, ya que debido a los límites que impusieron las reformas del 95 en este ámbito en particular, el instituto deja de recibir unos 20 mil millones de pesos al año.
Otro punto fundamental, añadió, sería realizar una auditoría financiera exhaustiva, tomando en cuenta que, al mismo tiempo que ocurren escándalos por corrupción en la compra de medicamentos, se presentan informes con estimaciones catastrofistas sobre la falta de recursos para pensiones.
Finalmente, señaló Vital, sería importante reactivar la producción nacional de medicamentos e insumos sanitarios, ya que el haber abandonado esta actividad obliga al país a gastar una cantidad enorme de recursos en importarlos, cercana a los 40 mil millones de pesos al año.