martes, 3 de julio de 2018

En puerta, cuarta transformación / Democracia dispendiosa y fallida

Carlos Fernández-Vega / México SA
Grosso modo, y en el mejor de los escenarios, en la elección 2018 cada voto habría costado 319 pesos, siempre y cuando sufragara el total de inscritos en la lista nominal aprobada por el Instituto Nacional Electoral (INE). Sin embargo, ese sería el panorama ideal, porque si bien la participación ciudadana en las elecciones presidenciales suele ser mayor a las intermedias, en el caso de los comicios de ayer se calcula un abstencionismo de entre 30 y 35 por ciento, de tal suerte que a menor participación efectiva mayor el costo por sufragio.
El padrón electoral reconocido por el INE suma, en números cerrados, 89 millones 840 mil ciudadanos, mientras la lista nominal asciende a 87 millones 840 mil. Esta última es la que incluye a aquellos mexicanos con credencial vigente en mano y con derecho a sufragar.

Cambió la historia

La Jornada - Editorial
La elección presidencial de ayer es extraordinaria por donde se le vea y en muchas dimensiones marca un punto de inflexión en la historia de México y de América Latina. Representa el triunfo de un proyecto transformador en lo político, lo social, lo económico y lo ético que se propuso conquistar el poder presidencial por la vía pacífica y democrática; asimismo, el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, de su partido, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), y de su coalición Juntos Haremos Historia, integrada además por los partidos del Trabajo y Encuentro Social, marca el fin de un ciclo de gobiernos que empezó en 1988 y llevó al país por un camino de desarrollo supeditado a la economía de Estados Unidos, a una dramática concentración de la riqueza, al crecimiento desmedido de la pobreza, al quiebre del estado de derecho en diversas regiones, a una alarmante corrupción y a asimetrías sociales que terminaron por generar una crisis de inseguridad y violencia, exasperación ciudadana y pronunciado deterioro institucional.