10 febrero 2018 | Martín Esparza Flores | Siempre!
El otorgamiento de los contratos para diversas obras que se realizan en el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) debe revisarse con lupa; desde su arranque hay la presunción de serias irregularidades que han pasado por alto los lineamientos de transparencia establecidos en la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas, así como de otras disposiciones que al no cumplirse han dejado fuera a muchas empresas, pese a haber cumplido con todos los requisitos de ley.
El sello de la opacidad ha aparecido nuevamente en el proceder del Grupo Aeroportuario de la Ciudad (GACM), dirigido por Fernando Patiño Márquez, organismo estatal encargado de ejercer el presupuesto de 186 mil millones de pesos que costará la obra, luego de haber incrementado su costo inicial de 169 mil millones y que en una de sus primeras etapas, en 2015, adjudicó 50 contratos por 1,623 millones, de los cuales solo nueve se otorgaron por licitación pública y el resto por invitación restringida o adjudicación directa. Es decir, de manera discrecional y contraria a lo estipulado en las leyes anticorrupción.
La Cooperativa LF del Centro participó en la licitación lanzada por GACM para construir la red de distribución eléctrica del NAICM, así como las subestaciones y el cableado estructurado, cumpliendo con todos los requisitos técnicos, económicos y financieros solicitados, en tiempo y forma. Pero al final, y de acuerdo con lo contenido en la versión estenográfica del organismo, la dejaron fuera por un supuesto requisito del IMSS.