3 noviembre 2013 | Martin Esparza | Contralínea
Es momento de que los mexicanos se enteren a cabalidad del abandono en que se encuentran las plantas de generación operadas por los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) hasta antes de la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC), en octubre de 2009. El Sistema de Administración y Enajenación de Bienes (Sae, organismo al que le fueron cedidos en un ilegítimo comodato los bienes de LFC, y cuya responsabilidad era velar por su cuidado, buen uso y mantenimiento, actuó de manera imprudente: a la fecha muchos recursos materiales y técnicos de la extinta LFC han desaparecido ante su complacencia y complicidad; pero sobre todo permitió que valiosas y costosas plantas de generación, incluidas termoeléctricas e hidroeléctricas, hayan parado su funcionamiento dejándolas en la total inoperancia.