11 noviembre 2012 | Martín Esparza* | Contralínea
Como en las fiestas populares donde nunca faltan los llamativos juegos pirotécnicos que tras de sí dejan una densa cortina de humo que todo lo confunde, lo mismo parece acontecer con la reforma laboral, tan llevada de una cámara a otra, primero como iniciativa preferente y ahora como modificada minuta senatorial. Nada queda en claro sobre temas trascendentes para el futuro de los trabajadores, como la democracia, la transparencia sindical y las afectaciones a asuntos de primer orden, como la seguridad social.