Ricardo Salinas Pliego, Alfonso de Angoitia y Remigio Ángel González son tres mexicanos poderosísimos en las telecomunicaciones de todo el continente. El primero es propietario de TV Azteca, el segundo es el vicepresidente de Televisa y, el tercero, es un oscuro multimillonario dueño de decenas de canales televisivos y de estaciones de radio. Los tres se acercaron a Mossack Fonseca para abrir empresas fantasma en paraísos fiscales, lo que además volvió a traer a la luz pública sus modos de operar, las sombrías historias de cómo construyeron sus emporios y la debilidad de las autoridades ante la seducción de los potentados de la TV.
10 abril 2016 | Jenaro Villamil | Proceso