En agosto, el mes previo a su cuarto informe de gobierno, Enrique Peña Nieto alcanzó su nivel más bajo de aprobación popular, lanzado a un tobogán vertiginoso tras sus escándalos de presunta corrupción, conflictos de interés y conductas antiéticas. Todo en medio del agravamiento de la violencia y de las violaciones a los derechos humanos en todo el país, y en un entorno de desastre económico nacional sin precedentes.
28 agosto 2016 | Carlos Acosta Córdova | Proceso