A Aurelio Nuño Mayer se le recordará como el secretario que –al desconocer la realidad de las mayorías y negarse sistemáticamente al diálogo con los disidentes a la reforma educativa– generó uno de los peores conflictos magisteriales, y no como el reformador que ha creído ser, en su corto paso por la Secretaría de Educación Pública (SEP). Quien está al frente del sistema educativo debería saber que la política en esta materia debe privilegiar a los más necesitados. Lejos de ello, Nuño Mayer ha contribuido a que esa política se siga fincando en principios neoliberales a favor de los intereses del sector empresarial y, por tanto, en contra del derecho humano a la educación.
7 agosto 2016 | Nancy Flores | Contralínea