Carlos Fernández-Vega / México SA
La buena noticia es que
en septiembre pasado la tasa oficial de desocupación fue de 3.9 por
ciento de la población económicamente activa, una proporción apenas
mayor a la registrada un mes antes (cuando fue de 3.7 por ciento), de
tal suerte que en su comparación anual tal indicador se redujo de 4.2 al
3.9 por ciento referido, de acuerdo con la estadística del Inegi.
La mala, que el grueso de los empleos generados o
reconvertidosen el sector formal de la economía apenas pagan entre uno y dos salarios mínimos, lo que cancela la posibilidad de reducir el número de mexicanos en situación de pobreza. Tienen empleo, sí, pero el ingreso que les genera simple y sencillamente no les alcanza para mejorar sus niveles de bienestar.