miércoles, 26 de octubre de 2016

Empleo: buenas y malas / Más plazas, menor paga / EPN: "joder a México"

Carlos Fernández-Vega / México SA
La buena noticia es que en septiembre pasado la tasa oficial de desocupación fue de 3.9 por ciento de la población económicamente activa, una proporción apenas mayor a la registrada un mes antes (cuando fue de 3.7 por ciento), de tal suerte que en su comparación anual tal indicador se redujo de 4.2 al 3.9 por ciento referido, de acuerdo con la estadística del Inegi.
La mala, que el grueso de los empleos generados o reconvertidos en el sector formal de la economía apenas pagan entre uno y dos salarios mínimos, lo que cancela la posibilidad de reducir el número de mexicanos en situación de pobreza. Tienen empleo, sí, pero el ingreso que les genera simple y sencillamente no les alcanza para mejorar sus niveles de bienestar.

En efecto, a lo largo del presente sexenio el número de plazas laborales registrado en el IMSS se incrementó en alrededor de 2.2 millones, pero la mayoría de ellas ofrece las condiciones descritas, incluyendo las existentes pero ahora formalizadas. De todas formas, presumen en Los Pinos, en dicho periodo la tasa oficial de desocupación se redujo de 5 a 3.9 por ciento, proporción esta última similar a la de septiembre de 2008, el mes previos al estallido de la crisis.
Por otro lado, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) divulgaron su informe sobre la coyuntura laboral en la región, del que se toman los siguientes pasajes. Va, pues.
Durante el primer semestre de 2016 se profundizó la denominada crisis en cámara lenta de los mercados laborales de América Latina y el Caribe, diagnosticada en diciembre de 2015 por la OIT, que se manifiesta en un significativo aumento de la tasa de desempleo y un deterioro general de los indicadores laborales. Simultáneamente se acentuaron las diferencias entre países y subregiones. El deterioro en los países sudamericanos, especialmente en Brasil, contrasta con un comportamiento mucho más positivo en los países de Centroamérica.
Según las proyecciones más recientes, el PIB regional se contraerá 0.9 por ciento durante 2016. La tasa de ocupación urbana disminuyó 0.6 puntos porcentuales entre el primer semestre de 2015 e igual periodo del presente año y, en caso de que se mantenga la tendencia actual, es probable que se ubique, como promedio anual, en un nivel similar al de 2010. En el grupo de países de los que se tiene información laboral mensual o trimestral, esta caída de la tasa de ocupación, junto con el incremento de la tasa de participación, se tradujo en un significativo aumento de la tasa de desempleo de 1.6 puntos porcentuales durante el lapso referido. Tal indicador llegó a 9.2 por ciento.
Si bien este desempeño negativo está influido en gran medida por la evolución registrada en Brasil y su peso en el promedio ponderado, en todos los otros países de América del Sur de los que se tiene información, excepto Perú, también se produjeron incrementos de la tasa de desempleo. En cambio, en los países de Centroamérica y del Caribe, excepto en Panamá y Trinidad y Tobago, la tasa de desempleo se redujo. La marcada heterogeneidad entre países y subregiones también se observa en los indicadores disponibles sobre la calidad del empleo, la variación interanual del empleo registrado y la variación del salario real en el empleo formal.
Para el conjunto de la región se estima que el promedio anual de la tasa de desempleo aumentará de 7.4 en 2015 a 8.6 por ciento en 2016. La evolución heterogénea entre países y subregiones demuestra que las economías de América del Sur, fuertemente dependientes de la exportación de productos primarios, se vieron afectadas por el fin del súper ciclo de precios altos, mientras las economías más vinculadas a las cadenas de suministro de productos manufactureros en el comercio con Estados Unidos tuvieron un desempeño más positivo.
En la primera mitad de 2016 se profundizó la caída interanual de la tasa de ocupación urbana que se había iniciado en el segundo trimestre de 2014. Mientras que durante 2015 ese descenso se había atenuado levemente debido al aumento del trabajo por cuenta propia, en el primer semestre de 2016 se registró un nuevo deterioro. Si la caída interanual del primer semestre se mantuviera en una magnitud similar para el año en su conjunto, la tasa de ocupación urbana a nivel regional retrocedería a un nivel cercano al alcanzado en 2010.
Como resultado del nuevo deterioro, la tasa de desempleo abierto urbano, que había aumentado de forma moderada en 2015, repuntó en el primer semestre de 2016. El aumento interanual de la tasa de desempleo, que venía subiendo desde el primer trimestre de 2015, se aceleró de forma significativa a inicios de 2016. En el primer semestre del presente año esa tasa superó en 1.6 puntos porcentuales el nivel del mismo periodo de 2015. Al comparar el promedio del lapso comprendido entre el tercer trimestre de 2014 y el segundo de 2015 con el promedio de los cuatro trimestres que terminan a mediados de 2016, la tasa de desempleo del grupo de países mencionado subió marcadamente.
Por otra parte, la expansión del trabajo por cuenta propia se ha convertido en un fenómeno más generalizado. Así, este tipo de trabajo atenuó el impacto de la caída del empleo asalariado, aunque sin dinamizar el aumento del número de ocupados. En contraste con esa tendencia prevaleciente a nivel regional, en tres de cuatro países de la subregión formada por México, Centroamérica y los países del Caribe de habla española sobre los que se dispone de información, el empleo asalariado aumentó su proporción en el empleo, siendo Panamá la excepción de ese grupo.
La debilidad de la demanda laboral también se expresa en la evolución del empleo registrado. Aunque ésta, además de por la generación o destrucción de empleo (se ve influida por la formalización de empleos informales o a la inversa) continúa siendo un buen indicador de los cambios en la demanda laboral. En el caso mexicano, la formalización de empleo informal ha contribuido a mejorar las cifras de empleo (aunque no el nivel de bienestar).
Las rebanadas del pastel
Afirma el inquilino de Los Pinos que ningún presidente de la República se levanta cada mañana pensando cómo joder a México. Bien, es válido equivocarse, meter la pata, resbalar, hacer y decir sandeces. Pero insistir en los errores, las metidas de pata y los resbalones cometidos una y otra vez a lo largo de los últimos 34 años, y todavía presumir que vamos por el camino correcto, es igual a admitir que, quiéralo o no, han jodido al país. Y los resultados hablan por sí solos.