Pedro Miguel | Opinión-La Jornada
Desde que el peñato
empezó a promover la privatización del sector energético ofreció que, de
aprobarse la reforma energética finalmente impuesta en el contexto del
Pacto por México (PRI, PRD, PAN, Panal y Verde), los consumidores
pagarían menos por la electricidad, el gas y la gasolina. Así lo afirmó,
por ejemplo, el secretario de Energía en una conferencia organizada por
la Fundación Colosio a finales de agosto de 2013(http://is.gd/IdhmXe).
Todas las instancias del gobierno federal y sus aliados políticos y
mediáticos siguieron propalando esa promesa y no pocos la creyeron, a
pesar de que ya para enero del año siguiente era claro que la CFE empezó
a aplicar incrementos en la tarifa y tuvieron lugar alzas en los
precios de la gasolina y el diésel (http://is.gd/Ui0niC).