
Si el candidato priísta Enrique Peña Nieto admitió haber leído, entre contados libros, La Biblia, le haría bien reflexionar hasta qué niveles de pobreza ha llevado el modelo neoliberal a millones de habitantes no sólo de México sino del mundo, al entregar a consorcios internacionales las riquezas naturales y energéticas que deben ser aprovechadas en beneficio de las mayorías, no sólo como lo establece en el terreno espiritual La Biblia, sino en nuestra propia Constitución Política.