
MÉXICO, D.F. (apro).- El secretario de Gobernación y el director del
Cisen, Miguel Ángel Osorio Chong y Eugenio Imaz, respectivamente, se
enteraron entre 9 y 10 de la noche del ataque contra los normalistas, el
26 de septiembre de 2014, pero no actuaron porque sus funcionarios
reportaron que la policía de Iguala tenía “todo bajo control”, admitió
el titular de Segob ante integrantes de la Comisión Especial de
Ayotzinapa.
Durante tres horas y en reunión privada realizada en el Palacio de Covián, Osorio Chong –junto con Enrique Galindo Ceballos, comisionado general de la Policía federal (PF)– detalló ante los diputados federales cómo fue que se enteraron de la tragedia y por qué no actuaron frente a los hechos violentos.
Encabezados por la
diputada del PAN y presidenta del organismo, María Guadalupe Murguía
Gutiérrez, los integrantes de los ocho partidos políticos de la comisión
legislativa escucharon la justificación de los funcionarios, quienes
además rechazaron la versión del exfiscal de Guerrero, Iñaki Blanco,
quien sostuvo que pidió apoyo a la PF y al Ejército, negándose éstos a
proporcionarlo.
Cerca de las 10 de la noche, reconoció Osorio
Chong, recibió un reporte sobre 10 u 11 agresiones; después que ya había
muertos y, más tarde, también que ya había detenidos.
Fue hasta
el sábado 27 cuando habla con el entonces gobernador Ángel Aguirre y
decide enviar más personal de la PF a esa zona guerrerense.
Proceso revela
en su número que circula esta semana, el 2033, que el pasado miércoles
Iñaki Blanco dijo a los legisladores que a las 11 de la noche de ese 26
de septiembre, al enterarse de lo que estaba pasando, habló con el
delegado del Cisen en la entidad, quien le corroboró el primer ataque
contra los jóvenes normalistas.
La noche de este martes, Osorio
Chong sostuvo que, entre las 9 y 10 de la noche del 26 de septiembre de
2014, justo cuando estaba cenando con el director del Cisen, el delegado
en Guerrero le habló por teléfono y lo enteró del ataque contra los
estudiantes, pero justificó que “no se tenía claridad” del alcance de
los actos violentos ni de quiénes estaban agrediendo a los jóvenes.
Además, el delegado del Cisen, según la versión de Osorio Chong, les
notificó que, de acuerdo con la policía local, “todo está bajo control”.
A esas horas, argumentó Osorio Chong, “no había claridad de lo que
estaba ocurriendo” y sólo se sabía de un ataque reportado en Iguala.
Osorio y Galindo descartaron también que el Ejército o la PF hubiesen
negado dar apoyo al exfiscal guerrerense, según aseguró Iñaki Blanco a
los diputados la semana pasada.
En el encuentro previo con la
comisión, el exfiscal dijo que tanto el Ejército como el encargado de la
Policía Federal –“de apellido Cabral”– les negaron su apoyo para,
primero, trasladar al 27 Batallón de Infantería a los más de 134
policías de Iguala detenidos y, segundo, ayudarlos a vigilar a los
uniformados.
Una vez que el Ejército rechazó respaldarlos, Iñaki
Blanco solicitó a la PF trasladar a su cuartel a los policías locales,
apoyo que también le fue negado por la corporación federal.
A
estos señalamientos Osorio y Galindo respondieron que “no es cierto, no
llamaron”. Además, Enrique Galindo, titular de la PF, dijo que ellos sí
actuaron, tanto así que acudieron a auxiliar al grupo de futbol de Los
Avispones.
El responsable de la Policía Federal también justificó
su inacción al argumentar que contaban con “elementos insuficientes”
para atender los hechos de violencia que estaban ocurriendo esa trágica
noche en Iguala.
Osorio Chong insistió en que el sábado habló con
Iñaki Blanco para decirle que le montara guardia al expresidente
municipal José Luis Abarca y al exdirector de la policía municipal,
Felipe Flores Velázquez, y evitar así la huida de ambos.
La
respuesta del entonces fiscal, según el titular de Gobernación, fue “que
no se preocupara, que ello no ocurriría”, e incluso se promovería el
proceso de desafuero contra el alcalde.