Sacar al SME de la Plaza de la Constitución para que el Ejecutivo federal dé su Grito ha colocado a dicha protesta en la mesa de discusión de las autoridades capitalinas y federales.
Guillermo Sánchez Torres* | Impacto
Guillermo Sánchez Torres* | Impacto
Frente a nuestras oficinas, de legisladores capitalinos, destacan la plancha del Zócalo y la protesta del Sindicato Mexicano de Electricistas.Los ex trabajadores de LFC llevan meses guarecidos por improvisadas carpas, aguardando respuesta, del gobierno federal, al acto autoritario de extinguir Luz y Fuerza del Centro, así como las acciones de los diputados federales para que dentro de la Comisión Federal de Electricidad se cree una subdivisión que atienda el centro del país.
A unos días del Grito, los panistas han comenzado a azuzar medidas neofascistas para echar a los ex trabajadores de Luz y Fuerza. Hace unas semanas, de madrugada, sufrieron una represión penosa por parte del gobierno federal, que rodeó el campamento con tanquetas, como reeditando al Batallón Olimpia en el 68, acto suficiente para alarmarse y exigir medidas cautelares a los derechos humanos, ahora autorizado constitucionalmente para atender las violaciones de los derechos laborales de los trabajadores.
Sacar al SME de la Plaza de la Constitución para que el Ejecutivo federal dé su Grito ha colocado a dicha protesta en la mesa de discusión de las autoridades capitalinas y federales. Abandonar la plaza suena muy mal para dejarla en manos de quienes los pusieron ahí al desemplearlos, negarles pensión alimenticia, liquidación y jubilaciones.
La falta de respuesta por parte de Gobernación y Secretaría del Trabajo habría resuelto no solamente la ocupación del Zócalo, sino la calidad internacional de la CFE que priva en el Valle de México.
El diálogo entre autoridades federales y SME sarcásticamente se dice abierto, pero sin concretarse reclamos que suenan bastante simples, no así en la estrategia presidencial de trazar un rumbo, aunque sea errado, como es el estilo de mantenerse en la misma ruta al costo que sea. En otras palabras, no hay acuerdos, no hay marcha atrás de estrategia.
El gobierno capitalino ha insistido en que no está en sus manos la retirada del SME de la plaza, ni siquiera momentáneamente. Lo único que tienen los ex trabajadores de Luz y Fuerza es su protesta pacífica; pedir que se haga a un lado por un rato suena políticamente pueril. Los costos de los errores presidenciales no pueden obviarse para que Felipe Calderón emita, sobre un engaño, las loas a la libertad e independencia cuando hay víctimas de lo contrario.
* Diputado por el PRD ante la ALDF