Guadalupe Cruz Jaimes (CIMAC) / Argenpress
Ante la crítica situación que enfrentan las mexicanas en el mercado laboral, mujeres sindicalistas acordaron articular sus organizaciones para fortalecerse y detener la “regresiva” reforma laboral propuesta por los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN).
Las sindicalistas concertaron la creación de un plan de acción que dé respuesta al deterioro de las condiciones de trabajo mediante la organización, señaló Martha Heredia Figueroa, vicepresidenta de Equidad de Género de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), durante la inauguración del Cuarto Encuentro Nacional de Sindicalistas.Heredia apuntó que es momento de que las sindicalistas “pasen del análisis de la precariedad en el mundo del trabajo y la denuncia de las violaciones a los derechos laborales, a las acciones”, que se traduzcan en beneficio de las mujeres trabajadoras.
Durante su intervención en el Cuarto Encuentro, al que asistieron mujeres representantes de los sindicatos educativos, electricistas, mineros y petroleros, Lourdes Zea, del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM), señaló la importancia de que las trabajadoras organizadas actúen para impedir que en este periodo de sesiones se apruebe la reforma federal del PRI-PAN.
Zea refirió que la modificación a la Ley Federal del Trabajo que plantean esos partidos políticos pone en riesgo los derechos laborales conquistados en el último siglo.
El reto será sumar a la lucha de las sindicalizadas la participación de las empleadas que carecen de representación sindical, de modo que en conjunto emprendan acciones para mejorar las condiciones en las que se ocupan las mujeres en el país.
Al respecto, Silvia Ramos, representante de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros (UNTPP), señaló algunas de las problemáticas que enfrentan las mexicanas en el mercado laboral, como la subcontratación, la transgresión a la libertad sindical y los bajos salarios.
La sindicalista refirió que la realidad de las trabajadoras es contraria al discurso de “prosperidad” que enuncia Felipe Calderón, ya que el crecimiento económico “se sustenta sobre la base de marginación del empleo y los derechos laborales”.
Silvia Ramos señaló que el resultado de esa política laboral se refleja en el aumento de población en pobreza, la cual pasó de 48.8 millones de personas en 2008 a 52 millones para 2010; mientras que la población en pobreza extrema se mantuvo en 11.7 millones, con base en información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
En ese sentido, Ana María López, abogada y socióloga experta en movimientos sociales, apuntó que debido a la desventaja de las mujeres en el mundo laboral, ellas son quienes están en mayor medida en condiciones de pobreza.
Y puntualizó que en este escenario las sindicalistas deben “alzar la voz para exigir el respeto a nuestros derechos laborales y a nuestros derechos como mujeres, para vivir en equidad y democracia”.