viernes, 15 de julio de 2011

Testimonial de 1936 año de gloria para el SME

Un recuerdo de la histórica Huelga electricista de 1936…75 años después.
Gracias por su participación y colaboración a Víctor Manuel Pérez Bravo, Representante de Agencias Foráneas del SME.
En los lejanos años de 1935 y 1936, tomaba yo clases de inglés y de matemáticas, de las 19 a las 21 horas, en Colombia No. 9, primer local propiedad del SME, inaugurado el 1 de mayo de 1927, siendo Secretario General Luis R. Ochoa y Secretario de Actas, mi hermano Vicente Rivera Melo (los dos fundadores del Sindicato).
Recuerdo que la noche del 15 de julio de 1936, llegué al Sindicato, en donde me esperaba mi hermano Vicente diciéndome que no iba a haber clases; que lo acompañara a una junta. Como a las 19:30 llegamos al Teatro del Pueblo (en el mercado Abelardo L. Rodríguez), que estaba totalmente lleno con todo el personal de la Compañía de Luz, faltando solamente los que cubrían los turnos de la clase A,.

Durante el trayecto mi hermano me enteró que el SME había emplazado a huelga a la empresa, con motivo de la revisión del CCT.

Todos estaban esperando al Comité Central que había ido a ver al Presidente de la República, General Lázaro Cárdenas, creo a San Luis Potosí, para informarle de la intransigencia de la empresa, al negarse a conceder las peticiones solicitadas en el pliego correspondiente y orillando al Sindicato a ir a la huelga.

Francisco Breña Alvirez, Srio. Gral. SME
Después de algunas horas, llegó el Comité de Huelga, integrado por el C. Francisco Breña Alvírez, como Secretario General, el C. David Roldán como Secretario del Trabajo y el C. Manuel Paulin, como Secretario de Educación fueron recibidos con entusiastas aplausos. Enseguida se hizo un imponente silencio y todo el mundo expectante esperaba las palabras de Breña Alvírez quien, emocionado y con voz firme y potente dijo:

“¡¡¡COMPAÑEROS SOLO NOS QUEDA IR A LA HUELGA!!!”

Todos, hasta yo que aún no trabajaba en la Compañía de Luz, gritamos con toda la fuerza de nuestros pulmones:

¡¡¡ HU E L G A!!!

A las 12 horas del día siguiente, 16 de julio, se suspendió en todo el sistema el servicio de energía eléctrica. Los tranvías quedaron inmóviles en el lugar en que les tocó el corte de la corriente, unos a media cuadra, otros en las bocacalles, etc. Solamente se dio servicio a los hospitales, al bombeo de agua, a las minas y a la presidencia; después se fue ampliando poco a poco el servicio para no perjudicar a las clases mas necesitadas.

Esta huelga estuvo perfectamente bien planeada, proyectada inteligentemente en todos sus detalles, como nos relata el C. Manuel Paulín, en su manuscrito.

“Se comenzó por investigar la situación económica de la empresa, que era bonancible por el monto de sus ganancias, lo que dio lugar a que las prestaciones económicas que se pidieron, eran posibles y todavía quedaba un margen muy amplio de utilidades.”

Las guardias sindicales, en las oficinas se integraron con personal de las plantas y en éstas, las guardias eran del personal de oficinas, para que no pudieran obligar a los trabajadores a romper la huelga.

La Empresa exigía a las Juntas de Conciliación y Arbitraje la inexistencia de la huelga por ilegal. Tengo en mi archivo el oficio girado por dichas Juntas al SME.

El día 19 de julio, en el que informa del laudo emitido por la Junta Especial No. 5, a la 1:25 del día 18, que dice, en síntesis:

Primero:

Se declara que existe legalmente la huelga.

Segundo:

Hágase saber esta determinación a las autoridades civiles y militares correspondientes a efecto de que presten las garantías necesarias para hacer respetar el derecho ejercido por los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas.

Firma el Presidente del Departamento de Trabajo, Lic. Romeo León Orantes.

Los pocos compañeros que tenían automóvil lo pusieron al servicio del Sindicato, para llevar a los compañeros a sus guardias, para distribuir alimentos y para informar del estado del conflicto.

Yo acompañaba a mi hermano Carlos a sus guardias y a mi hermano Vicente a sus comisiones.

Recuerdo que una noche acompañé a Vicente a repartir la cena. Fuimos a la subestación Tacubaya, a Nonoalco y a algunos otros lugares y ya como a las dos de la mañana andábamos por la D.M. Nacional, en donde divisamos a lo lejos a los compañeros ensarapados y dormidos en el suelo y a los soldados.

Un oficial al ver que nos acercábamos gritó: !! QUIEN VIVE ¡¡.

El chofer, sin hacer caso, siguió avanzando cuando oímos que el oficial cortaba cartucho, por lo que detuvo el auto y todos nos bajamos apresuradamente para identificarnos.

Tanto los compañeros de guardia como los soldados participaron del café y de las tortas y nos comentó el oficial que si no nos hubiéramos detenido, habría disparado, porque ésas eran sus órdenes. Y siguieron pasando los días y la situación era cada vez mas tensa. Había amenazas de linchamiento y hasta de muerte para el Comité.

Ya el conflicto no era entre el SME y la Empresa, sino que a ésta la apoyaba la clase patronal, porque si se concedían las vacaciones pagadas, las jubilaciones, etc, etc, muchos otros sindicatos pedirían lo mismo.
Vicente Lombardo Toledano comentó:

“No se trata de una lucha del SME y la Cía. de Luz sino que se trata de una lucha mas amplia en que las empresas (de la Cía. De Luz) han tomado la representación de toda la clase patronal del país, en tanto que el sindicato lucha por toda la clase proletaria”

Y agregó:

La CTM acordó respaldar ampliamente éste movimiento.

El Sindicato, para evitar algún atentado en contra de nuestros compañeros y de las instalaciones de la Empresa, por grupos radicales y como nuestra agrupación tenía la custodia de esas instalaciones, dotó de armas a los compañeros de las guardias.

La foto que se adjunta a éste escrito, está tomada en la subestación Taxqueña y mi hermano Carlos y los demás compañeros están empuñando su máuser.

Al final, el Sindicato Mexicano de Electricistas se cubrió de gloria, porque logró un rotundo triunfo, obteniendo la mayor parte de las 107 cláusulas, agrupadas en 10 capítulos, triunfo conseguido por la tenacidad y la férrea convicción de nuestro Comité Central. Además porque eran justas todas las demandas y por el apoyo de la clase laboral pero, muy principalmente por el amplio respaldo otorgado por el Gral. Cárdenas quien, junto con el Comité, se opuso a que las demandas de nuestra Agrupación se sometieran a un arbitraje, como pretendía la Empresa y, como dijo Breña Alvírez: La huelga es la única arma efectiva de los trabajadores para hacer valer sus derechos ante los patrones. El arbitraje hubiera sentado un funesto antecedente.

A las siete y media de la mañana del 25 de julio se firmó el Convenio que celebran por una parte la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz S.A. y subsidiarias y por otra parte el Sindicato Mexicano de Electricistas, para dar fin al movimiento de huelga decretado por éste último.

En relación con el pliego de peticiones presentado por el Sindicato a las compañías en su Oficio No. 1643 de fecha 30 de junio del corriente año (1936) se conviene lo siguiente: siguen cinco puntos en que las compañías piden se modifique la redacción de algunas cláusulas. El Sindicato se compromete a reanudar el servicio a la brevedad posible y las compañías pagarán los salarios caídos. Se establece un plazo que vence el 31 de agosto próximo, si no se ponen de acuerdo en la redacción de las cláusulas, éstas quedarán redactadas como están en el pliego de peticiones.

En síntesis, esto es lo mas relevante del convenio y firman, por las compañías: G.R..G. Conway, Presidente y Jean Bernier apoderado legal y por el S.M.E. el Comité de Huelga.

Esta huelga de 1936, madre de todas las huelgas, marcó en la historia del movimiento obrero nacional y de otros países, un formidable avance en las conquistas laborales; tan importante fue que , aún después de años de distancia, sigue siendo la base de nuestro actual Contrato Colectivo de Trabajo. Desde entonces el S.M.E. se consideró como la vanguardia del movimiento obrero nacional.

Por todo lo anterior, estamos en deuda con los dirigentes de aquélla epopeya de 1936, que lucharon no solamente con inteligencia, sino con arrojo, con heroicidad arriesgando su propia vida, con sus mas caros ideales (porque entonces se luchaba por ideales), para conseguir mejores salarios, superiores condiciones laborales, intelectuales, deportivas, etc., para todos los agremiados del S.M.E.

Que éste ejemplo nos impulse, nos dé la energía suficiente, tanto al Comité Central, a los compañeros activos, así como a los jubilados, para luchar y defender con dignidad y valentía la soberanía nacional, nuestra Constitución, nuestros recursos naturales, nuestro ejemplar Contrato Colectivo de Trabajo y nuestra querida Institución, que es y será por siempre ¡¡¡ El glorioso Sindicato Mexicano de Electricistas!!!

Extraído de la Revista Lux 528
Julio-Agosto del 2003
Escrito por Joaquín Rivera Melo Reza
No. Cred. 07099
Jubilado