Otorgan amparo a huaves que rechazan proyecto en San Dionisio
Rosa Rojas | Periódico La Jornada | Miércoles 23 de octubre de 2013, p. 36
Integrantes de las Brigadas Internacionales de Paz, provenientes de Holanda, Alemania y Francia, acudieron ayer a Juchitán, Oaxaca, a fin de constatar la quema del campamento que instalaron integrantes de la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco (APPJ) para impedir que la transnacional española Gas Natural Fenosa (GNF) construya un parque eólico en tierras comunales, informó el vocero de la APPJ, Mariano López Gómez, quien denunció un “clima constante de agresión, amenazas e intimidaciones” que atribuyó a personas contratadas por la citada empresa.
Por otra parte, la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio (Apiidtt) informó que el juez séptimo de distrito, con sede en Salina Cruz, otorgó un segundo amparo a los indígenas ikjoots (huaves) de San Dionisio del Mar, también en Oaxaca, contra la construcción del parque eólico de la transnacional Mareña Renovables en el territorio comunal de la barra de Santa Teresa.
El primer amparo que se les otorgó, en diciembre de 2012, fue sobreseído por el tribunal colegiado del decimosegundo circuito de Oaxaca.
En este segundo amparo, el juez decreta “de oficio y de plano la suspensión de los actos reclamados, a efecto de que las autoridades responsables no priven total o parcial, temporal o definitiva de los bienes agrarios de los quejosos, en su calidad de comuneros, indígenas huaves o ikojts de la comunidad denominada San Dionisio del Mar, municipio del mismo nombre, distrito de Juchitán, Oaxaca”.
López Gómez refirió que la noche del 15 de octubre el campamento instalado el 25 de febrero fue incendiado y testigos dijeron haber visto “una camioneta blanca tipo Suburban”, presuntamente propiedad de Gas Natural Fenosa o de Constructoral.
Denunció que personas armadas siguen rondando su domicilio y los de integrantes de APPJ a bordo de un Jeep verde, un Volkswagen Jetta blanco con cuatro personas a bordo o un Nissan Tsuru blanco, todos sin placas, por lo que temen una agresión.
Fuente: La Jornada
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