Un día antes de dejar la presidencia, Felipe Calderón firmó un decreto que modifica la ley de protección a los arrecifes de coral en el Puerto de Veracruz. Hoy la Semarnat inicia una consulta pública para proteger el área o ampliar la plataforma portuaria
En sus seis años de gobierno el panista Felipe Calderón se proclamó como el presidente Verde. Un defensor a ultranza del medio ambiente, promotor de las áreas naturales protegidas en México y un líder en el combate de los efectos del cambio climático.
El exmandatario usó en su narrativa de gobierno la sustentabilidad y la conservación para pasar a la historia como un político progre y pro ambientalista.
Eso ya no será posible. Justo al fin de su sexenio, Felipe Calderón sucumbió y traicionó la causa ecologista que aseguró defender en su administración.
El 29 de noviembre de 2012, un día antes de que concluyera su gestión, Calderón publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto para modificar el Área Natural Protegida, conocida como Parque Marino Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano.
La intención de este cambio legal –del que no existían precedentes en la historia de las áreas naturales protegidas en México– era otorgarle factibilidad ambiental al proyecto de ampliación del puerto de Veracruz.
Hoy miércoles en la ciudad de Veracruz, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, (Semarnat) celebrará la consulta pública como parte del proceso para otorgar los permisos ambientales que requiere este proyecto de infraestructura portuaria, que exigirá una inversión de casi 60 mil millones de pesos en sus dos etapas.
Arrecifes de coral, sin protección
Hoy, gracias a Felipe Calderón, la zona de Bahía Vergara, donde está proyectada la ampliación de la terminal marítima que impulsa la SCT a través de la Coordinación General de Puertos y Marina Mercante, quedó fuera del decreto de protección federal publicado en 1992.
La misma suerte tuvo el arrecife Punta Gorda, que era una de las estructuras naturales protegidas por la declaratoria de ANP que firmó el expresidente Carlos Salinas de Gortari, y que será destruida para construir la nueva plataforma.
Las obras de la nueva plataforma en el Puerto de Veracruz –en caso de que sean autorizadas por la Semarnat que encabeza Juan José Guerra Abud –pondrán en riesgo una de las principales zonas de arrecifes de coral que existen en el Mundo.
Grupos ambientalistas y miembros de la comunidad científica en México han considerado que las obras de construcción de este proyecto impactarán negativamente en los arrecifes coralinos localizados frente al Puerto de Veracruz.
Los ecologistas señalan principalmente a Gallega y Galleguilla como los dos arrecifes más amenazados con estas obras por su colindancia con el área donde se realizarán los trabajos de dragado en el lecho marítimo, y el montaje de las plataformas.
Califican como un retroceso legal la modificación del decreto, que hizo Calderón, y como un mal precedente que vulnera esta figura legal, que se creó para proteger los recursos naturales en México.
El Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano está declarado por la Unesco como reserva de la biósfera y los humedales localizados dentro del PNSAV son considerados sitios internacionales por la Comisión Ramsar.
Hasta hace un año que Calderón publicó el decreto modificatorio, la Bahía Vergara y el arrecife Punta Gorda formaban parte del Área Natural Protegida sujeta a conservación y protección.
El 24 y 25 de agosto de 1992, mediante decreto presidencial, se declaró zona federal para su conservación la principal reserva de coral que existe en el Golfo de México y que está ubicada frente a los municipios de Veracruz, Boca del Río y Alvarado.
La superficie protegida era de de 52 mil 283 hectáreas.
La declaratoria se promovió con la intención de asegurar el equilibrio de los procesos ecológicos en la zona, salvaguardar la diversidad genética de las especies existentes, y asegurar el aprovechamiento racional de los recursos.
2011, el inicio de argumentos falsos
Algo pasó en el 2011. Ese año la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, la Conanp, comenzó el proceso de modificación del decreto de Área Natural Protegida alegando que existía alteración y modificación de los ecosistemas.
En otras palabras: los sitios Bahía Vergara y el arrecife Punta Gorda estaban ya deteriorados y no tenían remedio.
Nunca por la cabeza le pasó a la Conanp iniciar un trabajo de restauración de los arrecifes dañados.
Según la extraña visión de la Conanp, esta situación dificultaba cumplir con el objetivo del Área Natural Protegida, salvarguardar la diversidad de las especies y asegurar el aprovechamiento racional de los recursos.
En el proceso de consulta pública que la Conanp realizó para cambiar el decreto la dependencia recibió cerca de 70 opiniones de rechazo, pero fue algo que no importó.
Tampoco importó que el reglamento de la LGEEPA, en su artículo 62, estableciera que la Semarnat podrá proponer la modificación de una declaratoria de Área Natural Protegida solo cuando se hayan modificado las condiciones que dieron origen a este establecimiento.
La Conanp propuso entonces desincorporar de la zona protegida los arrecifes Punta Gorda y Bahía Vergara, porque según ellos estaban deteriorados, no tenían remedio y perjudicaban la zona protegida.
El 29 de noviembre de 2012, un día antes de que Felipe Calderón dejara su presidencia, se publicó el decreto para modificar el decreto del Parque Marino Nacional y Sistema Arrecifal Veracruzano, para dejar fuera del polígono de protección el arrecife Punta Gorda y Bahía Vergara.
Era justo la zona marítima que requería el proyecto de ampliación del puerto de Veracruz.
Este proyecto de infraestructura es promovido por la Administración Portuaria Integral de Veracruz, S.A. de C.V., empresa privada regulada por la SCT que tiene la concesión por 50 años para explotar el recinto portuario jarocho.
El plan consiste en la construcción de dos rompeolas con una longitud de 7.4 kilómetros, una dársena principal de 800 m de diámetro, nueve terminales de muelles y 30 posiciones de atraque para embarcaciones de gran tamaño.
Las nuevas instalaciones ocuparán una superficie cercana a las 910 hectáreas, la mayoría localizadas en la zona que hasta hace un año formaba parte del Parque Nacional.
La misma Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), que ingresó la empresa Apiver el pasado 14 de septiembre en la Semarnat, reconoce que los trabajos de ampliación del puerto de Veracruz tendrán un impacto en la zona del PNSAV.
“Toda vez que el proyecto se encuentra fuera de esta poligonal, podemos afirmar que las actividades de preparación de sitio y construcción se llevarán a cabo fuera del PNSAV”, concluye el estudio que elaboró la empresa Argo Consultores Ambientales, S.A. de C.V.
Pero acepta: “Hay algunas actividades operativas que se realizarán dentro de dicho polígono, principalmente relacionadas a la navegación de las embarcaciones”.
Veracruzanos contra ecocidio en el puerto
En Veracruz se constituyó el Frente Ciudadano para la Defensa del Sistema Arrecifal Veracruzano con la idea de promover acciones legales y de resistencia pacífica en contra de la modificación del decreto del ANP y la construcción de la nueva terminal marítima.
Organizaciones de la sociedad civil de Veracruz presentaron un recurso de amparo, 1242/2012, en contra de la modificación del decreto para evitar que la Semarnat liberara los permisos para este polémico proyecto.
El 24 de diciembre de 2012 el Juzgado Tercero de Distrito en Materia Administrativa en Veracruz, concedió una suspensión provisional para suspender la aplicación del decreto modificatorio de Calderón.
El Juez federal ordenaba con ese fallo a la Semarnat suspender el proceso de autorización de la Manifestación de Impacto Ambiental hasta que no se resolviera de fondo el juicio de amparo.
Era una victoria legal para los ambientalistas, sin dudas.
Pero este mes un Tribunal Colegiado dejó sin efectos la suspensión concedida y en la actualidad no existe impedimento legal para que la Semarnart otorgue los permisos de impacto ambiental a este proyecto portuario, y se concrete el calderoncidio en Veracruz.
Es un proceso difícil
La Conanp argumenta que, en caso de que se autorice la ampliación portuaria, tendría que establecerse un rediseño de operaciones
Por Armando Estrop
La ampliación del puerto de Veracruz es un proceso complicado porque se tendrán que establecer nuevas características de funcionamiento en la entrada y salida de embarcaciones, aseguró Luis Fueyo Mac Donald.
El titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), dijo que sólo mediante un rediseño en las operaciones se podrá avalar el proyecto que desde la semana pasada está en revisión por su dependencia.
“Pero no es posible sostener a lo largo del tiempo una conservación de un sitio si hay embarcaciones de gran calado en un sitio protegido. Por lo tanto hay un rediseño de las operaciones de un puerto que desde el Siglo 19 va cobrando gran importancia para México, para que las rutas de acceso nos permitan garantizar la protección de arrecifes, particularmente los que están más cerca al puerto”, advirtió.
Destacó que además se tienen que cuidar las cuencas que son las que también pueden afectar a los arrecifes de la zona. Detalló que al respecto ya están trabajando aunque será hasta dentro de unas semanas cuando la Conanp se pronuncie en específico sobre el proyecto de ampliación.
“Ya en el actual diseño del nuevo polígono y al que se incorporó toda la parte de los arrecifes que no había mencionado, se establecieron zonas núcleo y toda una estrategia con los municipios”.
Insistió en que como todos los estudios que requieren de la opinión de la comisión a su cargo, se concentrarán en que se respete el decreto que le da origen como área natural protegida a la zona.
“El tema del puerto es un tema que está sujeto como todo tipo de proyecto que puede impactar a la naturaleza, a un proceso de evaluación en materia de impacto ambiental.
“Nos acaban de entregar el estudio para fines de opinión la semana pasada, lo que hará la Comisión es emitir su opinión ante la autoridad competente. Nosotros tendríamos que asegurarnos de que el diseño y la tecnología, las obras y la gestión del puerto, si es que se autoriza, que no haya afectación alguna a los arrecifes”.
Fueyo Mac Donald insistió en que en las condiciones actuales sería muy complicado garantizar que la operación del puerto no dañe los arrecifes.
“El puerto en su estado actual está recibiendo embarcaciones y ha habido accidentes. Tenemos el caso del Rubín, un barco de carga que por problemas de maniobra chocó con un arrecife, y tuvimos que ir hasta Inglaterra por los dueños para que pagaran los daños”.
En realidad el barco al que hizo referencia el funcionario era de Alemania. Lo que no mencionó es que se tardaron casi dos años en aceptar hacer el pago por lo daños ocasionados. Esto se refleja en un estudio de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Es una respuesta a la notificación CBD 2006-032 Decisión VIII/29.
“El 28 de febrero de 2001, el buque carguero con bandera alemana “Rubín”, propiedad de la empresa Mc Reederei GMBH & Co Ms Rubin Kg, encalló sobre la punta sureste del arrecife Pájaros del área natural protegida afectando un área de 4 mil 150 metros cuadrados dañando especies en riesgo como la Acropora Palmata.
“Así mismo, el 15 de mayo de 2001, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la empresa propietaria de la embarcación suscribieron un Convenio Administrativo en riesgo para establecer las bases para la reparación de los daños causados, donde la empresa se comprometió a cubrir la cantidad de un millón 200 mil dólares, como pago total por los daños ocasionados al arrecife.
El 25 de julio de 2003, la empresa realizó la transferencia electrónica por la cantidad acordada, misma que se encuentra en el fideicomiso “Nacional Financiera, Fideicomiso Fondos para la Biodiversidad”, con número de referencia 0016221009”.
Para algunos expertos hasta el 2006 no se habían hecho las reparaciones en la zona afectada.
Fuente: Reporte Indigo