El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) ha arreciado movilizaciones, con la firme convicción de lograr la reinserción de los más de 17 mil trabajadores a la CFE bajo la figura de patrón sustituto, después de que el gobierno calderonista y la actuación de un secretario del Trabajo porril dieron con tropelías la desaparición de Luz y Fuerza del Centro, para traficar con la fibra oscura y abrir la generación de la energía eléctrica al capital extranjero y de lograr la dispersión y la división de un sindicato que actuaba bajo la corriente del sindicalismo revolucionario.
Otra opción sería la creación de una empresa paraestatal aprovechando la mano de obra y experiencia de los trabajadores electricistas. Cuando parece que se resuelve el conflicto, la derecha de dentro y fuera del gobierno sale de manera desesperada cerrando la disposición de una salida favorable, con la clara intención del golpear al sindicato. Lo inaudito es la violación de la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que les había otorgado el derecho de la sustitución patronal.
La cruzada del SME por la defensa del derecho al trabajo se conjunta con la lucha contra el neoliberalismo y las implicaciones desfavorables hacia las mayorías del pueblo mexicano. Al agotarse la vía legal queda la política y es donde las organizaciones sociales, políticas y sindicales debieran unificarse bajo objetivos concretos, dándose todo el apoyo y colaboración de clase para frenar de una vez por todas las políticas antiobreras del FMI y Banco Mundial.