miércoles, 1 de agosto de 2012

En el país, 110 mil personas subsisten con alimentos considerados desperdicio: expertos

Otros 600 mil sólo pueden adquirir productos “de tercera o cuarta”
Laura Poy Solano | Periódico La Jornada | Miércoles 1º de agosto de 2012, p. 41
En México, al menos 110 mil personas se ven obligadas a subsistir consumiendo alimentos considerados como desperdicio, mientras que aquellos que sólo pueden adquirir productos de “tercera o cuarta calidad” suman 600 mil, aseguraron investigadores de la Facultad de Economía (FE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes alertaron que esta cifra podría incrementarse ante el riesgo de nuevos efectos de la recesión económica en Estados Unidos y la Unión Europea, “situación que también golpeará al país”.
En tanto, Enrique de la Garza Toledo, experto en pobreza de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), señaló que el incremento de población en condiciones de pobreza alimentaria es consecuencia directa de un modelo económico que “no da lo suficiente para vivir, pues si consideramos los bajos salarios y las condiciones de precariedad, ocho de cada 10 empleados en el país tienen trabajos de muy mala calidad”.

En entrevista por separado, David Lozano Tovar, catedrático de la FE, explicó que en un estudio elaborado en colaboración con los investigadores de esa casa de estudios Luis Lozano Arredondo y Jaime Vázquez, en la zona metropolitana del valle de México (ZMVM) al menos 175 mil personas consumen alimentos de “tercera y cuarta calidad, mientras que en el estado de México son 44 mil, es decir, en total suman 219 mil, que es la población que percibe como máximo un salario mínimo de ingresos al día”.

Sin embargo, señaló que las personas que no reciben ingresos y “sobreviven con alimentos de desperdicio llegan a 25 mil en la ZMVM. Hace seis años, la cifra era de 3 mil, pero ahora hemos detectado 25 mil, lo que representa un crecimiento exponencial. Esto ocurre como resultado no sólo del incremento en el costo de los alimentos, también de los bajos salarios y el empleo precario”.

Al respecto, De la Garza Toledo apuntó que la pobreza no sólo es resultado de la carencia de ingresos, sino de que el empleo “se ha hecho cada vez más precario”. Actualmente, indicó, cuando se habla de desempleo sólo se considera a las personas que no tienen una ocupación, y se establece que el resto sí la tiene, pero sin matizar en qué condiciones, pues a las cifras oficiales les falta incluir factores como su baja calidad, inseguridad en el empleo, pues muchos de los puestos laborales no son de base, a lo que se agrega los bajos salarios.

Además, añadió, se debe incluir a los trabajadores por cuenta propia, que muchas veces “no cuentan con servicios de salud ni jubilación”. El deterioro en el empleo, enfatizó, es una “realidad constante desde los años 80 del siglo pasado”.

Fuente: La Jornada