15 agosto 2011 | Israel Yañez | La Crónica
La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal inició 50 averiguaciones previas por presuntos actos de sabotaje o ataques en contra de las instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad durante los últimos 19 meses; sin embargo, ninguna de ellas procedió porque la autoridad no encontró conducta delictiva alguna.
Al respecto, el titular de la Fiscalía para Delitos Ambientales de la PGJDF, Samuel Ibarra Vargas, informó que las averiguaciones previas se iniciaron a petición de parte o por oficio, por las explosiones registradas en la vía pública, principalmente en el centro de la ciudad, en los registros subterráneos ahora bajo la administración de la CFE.
Al respecto, el titular de la Fiscalía para Delitos Ambientales de la PGJDF, Samuel Ibarra Vargas, informó que las averiguaciones previas se iniciaron a petición de parte o por oficio, por las explosiones registradas en la vía pública, principalmente en el centro de la ciudad, en los registros subterráneos ahora bajo la administración de la CFE.
“Nosotros no hemos tenido en ninguna de estas 50 averiguaciones previas ningún caso de sabotaje, ninguno. Todas ellas se han ido al no ejercicio por no haber elementos de una posible acción fuera de la ley, en este caso manipulación del equipo técnico o sabotaje”, dijo Samuel Ibarra Vargas.
Detalló que después de varios análisis periciales en materia de ingeniería eléctrica, topografía y del intercambio de información con las autoridades correspondientes, CFE, PGR, Bomberos y Protección Civil local se logró determinar en todos los casos que las explosiones fueron consecuencia de la falta de mantenimiento y obsolescencia de los transformadores en cada uno de los puntos.
Explicó que dichos artefactos datan de la década de los años 40, cuando se comenzó a instalar la red subterránea para el abastecimiento de energía eléctrica en la zona centro del país; en todo este tiempo los transformadores sólo fueron cambiados en casos excepcionales, y la mayoría de ellos ya tienen más de 60 años de vida útil.
Sin embargo, en años anteriores a la desaparición de la compañía de Luz y Fuerza del Centro (LyFC), los casos de explosiones en mufas, así como el número de averiguaciones previas por presuntos actos de sabotaje en instalaciones eléctricas, o fallas técnicas en las mismas, eran escasas.
El funcionario precisó que la Secretaría de Protección Civil del Gobierno del Distrito Federal ha presentado algunas de las denuncias por estos hechos, al considerar que varias de las instalaciones representan un alto riesgo para la ciudadanía, ya que son obsoletas y ya no cumplen con los estándares de seguridad.
Por lo cual, y como resultado de las pesquisas han informado oficialmente a la CFE y PGR cuál es la situación de las instalaciones eléctricas, donde se hace una recomendación por parte del área de Protección Civil que se cambie en su totalidad el equipo.
“No es fácil, el asunto tiene su complejidad. Por ejemplo, se han cambiado los transformadores, sin embargo, si el cableado está obsoleto, ya no aguanta el voltaje que envía el nuevo aparato, y se revienta nuevamente, pero ahora el cableado, mismo que tiene que ser sustituido en su totalidad por uno nuevo”, dijo Ibarra Vargas.
En este sentido, explicó que en ninguno de los casos se ha logrado confirmar que hubo una manipulación previa al equipo técnico de electricidad en cada uno de los puntos —como puede ser la presencia de personal extraño, corte de cables, localización de artefactos explosivos o manipulación de los tableros para regular las cargas de voltaje, entre otros—, resultados periciales que han sido envidos a las instituciones interesadas.
En el caso de los dos trabajadores de la CFE, que perdieron la vida cuando hacían labores de mantenimiento en la Subestación Coyoacán, en la delegación Benito Juárez, el dictamen pericial final fue la de muerte por accidente de trabajo.
Detalló que a punto de cumplirse un año de los hechos ocurridos el 10 de septiembre del 2010, nuevamente la averiguación previa se fue al “no ejercicio de la acción penal”, ya que se logró establecer que los trabajadores hicieron un “arco” de energía, pues al estar sobreexpuestos a la electricidad constantemente sus cuerpos guardaban mucha corriente, y al trabajar de cerca en la subestación fueron absorbidos por el tablero central.
“En este caso tampoco se confirmó que se tratara de un sabotaje o acción concertada como se dijo en un principio, sólo se trató de un accidente de trabajo. Tiene poco que se informó oficialmente de estos resultados a la Comisión Federal de Electricidad, por lo cual la averiguación se fue al no ejercicio de la acción penal”, dijo Ibarra Vargas.
A principios de año, el vocero de la CFE, Estefano Conde, declaró que presentaron 12 denuncias ante la Procuraduría capitalina a las que no se les dio seguimiento.