Ambos deben aclarar los nexos de sus jefes policiacos con el crimen organizado, señalan
Rubicela Morelos Cruz Corresponsal
Miércoles 25 de mayo de 2011, p. 33
Cuernavaca, Mor., 24 de mayo. Unas 400 personas marcharon este martes para repudiar la violencia en el estado y para exigir al Congreso estatal iniciar juicio político en contra del alcalde capitalino, el priísta Manuel Martínez Garrigós, y el gobernador panista Marco Antonio Adame Castillo, por su
ineficaciaante la inseguridad.
Los inconformes, vecinos de al menos cinco colonias populares de Cuernavaca, consideraron que el gobernador y el edil deben explicar por qué sus jefes policiacos fueron detenidos por nexos con el crimen organizado.
Afirmaron que ambos funcionarios son responsables de que el director de la policía preventiva de Cuernavaca, Juan Bosco Castañeda, haya sido arraigado por 40 días acusado de proteger al cártel del Pacífico Sur, y que el secretario de Seguridad Pública estatal, Luis Ángel Cabeza de Vaca, siga recluido en el penal de máxima seguridad en Tepic, Nayarit, por el mismo delito.
Ya estamos cansados de tantos asaltos, de que los policías municipales o estatales no sirvan a la sociedad. Estamos cansados de que cada vez que asesinan a alguien, como ocurrió con el hijo de (el poeta Javier) Sicilia, estén involucrados policías. Al joven Jethro (Ramsés Sánchez, desaparecido el primero de mayo) lo detuvieron policías municipales, y dijeron que se lo dieron a los militares y a los federales, pero hoy no se sabe nada de él, recordó Rosendo Robles Hernández, dirigente de la organización Frente Estatal por una Vivienda Digna.
Entretanto, jóvenes integrantes de la Red por la Paz y la Justicia pegaron en las columnas del palacio de gobierno nueve laminillas con los nombres de víctimas recientes de la guerra contra el crimen organizado.
Daniel Vázquez Hernández aseguró que desde el 28 de marzo, cuando se halló sin vida a Juan Francisco Sicilia (hijo del poeta Javier Sicilia) y a otras seis personas, se han contabilizado al menos 20 ejecuciones en Morelos, pero muchas víctimas no han sido identificadas, y sólo los familiares de nueve pidieron que sus nombres se incluyeran en las columnas.