Arturo Rodríguez García
MÉXICO, D.F., 28 de marzo (apro).- En los últimos cinco años 110 trabajadores de minas de carbón en Coahuila han muerto a consecuencia de accidentes producto de la inseguridad laboral en que se desempeñan, informó hoy la Organización Familia de Pasta de Conchos (FPC).
Luego de que el pasado 26 de marzo un siniestro en la mina VII “El Saltillito”, de la empresa Minerales Monclova (Mimosa), subsidiaria del Grupo Acerero del Norte (GAN), cobró la vida de dos trabajadores y dejó heridos a tres más, la estadística se actualizó a 110 trabajadores muertos entre el 19 de febrero de 2006 (fecha del colapso en la mina Pasta de Conchos, cuando murieron 65 trabajadores) y el pasado fin de semana.
El presidente del GAN, Alonso Ancira Elizondo, ha presumido en repetidas ocasiones que sus minas de carbón son las más seguras de la región carbonífera de Coahuila que, por cierto, es la única zona donde se produce carbón en México.
De acuerdo con versiones preliminares, el siniestro ocurrió cuando los trabajadores se encontraban extrayendo carbón y toparon con una bolsa de gas, que provocó la asfixia del minero Juan Francisco Piedra.
Al notar que Piedra estaba intoxicado por el gas metano, sus compañeros Juan Manuel Camacho, Elidio Gloria Beltrán, Antonio Díaz Vallejo y José Ignacio Navarro acudieron en su auxilio infructuosamente. En la acción, Camacho murió y sus tres compañeros quedaron afectados tras aspirar el metano.
La activista Cristina Auerbach Benavides, de la FPC, advirtió que hasta no conocer los resultados del acta de la inspección que se está realizando en el filón, no se pueden adelantar posturas sobre lo ocurrido.
Sin embargo, llamó a las autoridades y al GAN a cubrir de inmediato las indemnizaciones y reparación del daño a las familias que perdieron a uno de sus miembros en los hechos del pasado sábado, y a que no se escamoteen los recursos a los que tienen derecho, como generalmente sucede en las tragedias mineras de la región.
Auerbach exhortó a que a la generosidad y compromiso de los trabajadores que intentaron rescatar a su compañero se sumen voluntades, a fin de elaborar una norma de seguridad nacional para los trabajadores del carbón, que hasta ahora no cuentan con regulación que proteja sus vidas.
Además, hizo un llamado a evitar que los empresarios y políticos vinculados con el ramo aprovechen la situación para insistir en la oportunidad de extraer gas metano asociado al carbón con fines comerciales, como lo han hecho en otras tragedias mineras.
La activista llamó la atención sobre la cultura laboral de la muerte que prevalece en la región carbonífera de Coahuila, donde en cada siniestro minero se revelan las relaciones familiares entre afectados.
Mencionó que durante el accidente en la mina VII “El Saltillito” trabajaba en el mismo turno un hijo de Juan Manuel Gómez Gaytán, quien murió en el accidente de la mina “Lulú”, el pasado 2 de febrero. Además, al menos dos familiares directos de los trabajadores muertos en Pasta de Conchos se encontraban en el siniestro del pasado 28 de marzo.
“Las relaciones familiares entre trabajadores nos hablan de la necesidad de esas personas por emplearse, así sea en la actividad que privó de la vida a sus padres, hermanos, hijos, familiares y amigos, cuyas familias viven en un estado permanente de estrés por lo que puede ocurrir”, expresó.