Por una organización política independiente de los trabajadores
La propuesta del SME, apoyada por numerosas organizaciones, de conformar una Organización Política Nacional (OPN), es una oportunidad para avanzar en la construcción de una herramienta de los trabajadores.
Ya en la reunión del 22/1, se expresaron las posturas de quienes consideramos que esa OPN podría ser un gran paso adelante si se dota de un programa y una política independiente de los partidos patronales (PAN, PRI y PRD), basada en impulsar la movilización de los trabajadores y el pueblo para imponer el triunfo de sus luchas. Eso implica dejar claramente establecido la independencia respecto al PRI, el PRD y López Obrador, y no apoyar sus candidaturas (ahora y en el 2012). Como planteamos ese día, requiere también basarse en un funcionamiento democrático y desde las bases. Pero es sabido que muchas de las organizaciones impulsoras de la OPN, han sostenido una política similar al perredismo, apoyaron a sus candidatos, y –si la APN propuesta en octubre se hubiera realizado-, habrían bregado a favor del apoyo electoral a alguno de los partidos “opositores”(ver EO noviembre/2010). Por lo que opinamos que si esta nueva organización no establece claramente su delimitación de esos partidos y sus programas, significaría un retroceso para la movilización de los trabajadores.
El proceso de conformación de la OPN implicará una profunda y necesaria discusión de todos aquellos que consideramos fundamental que los trabajadores intervengamos en la escena política nacional con nuestras propias reivindicaciones. Desde la LTS plantearemos que esta organización debe basarse en principios, programa y política propia de la clase trabajadora y de sus aliados, los explotados y oprimidos del campo y la ciudad, y aquí adelantamos algunas de las propuestas que presentaremos ante los trabajadores y la juventud combativa:
La OPN debe plantear que sólo mediante la movilización masiva y unitaria, el paro y la huelga podremos dar una respuesta a la altura del ataque que nos declararon nuestros enemigos de clase y derrotar los planes del gobierno y los patrones. Esto es una lección fundamental que dejó el duro golpe recibido por los trabajadores del SME: para triunfar sólo podemos confiar en nuestras propias fuerzas y acciones; todo lo contrario a la línea –defendida por los diputados del PRD y el PT- de depositar expectativas en las instituciones de esta “democracia para ricos”.
Para ello tenemos que dotar a nuestras organizaciones sindicales de una política realmente combativa. Esto es opuesto a quienes -por ejemplo- negocian con los patrones y sus partidos el ajuste a las condiciones laborales, como han hecho los dirigentes de la Unión Nacional de Trabajadores vinculados al PRI y al PRD. Para eso, es fundamental luchar para que los sindicatos se basen en la democracia obrera y que las decisiones surjan desde las bases.
La OPN debe impulsar un programa para que la crisis la paguen los capitalistas. Para enfrentar la carestía de vida y el desempleo, luchar por aumento salarial de emergencia, escala móvil de salarios y reparto de las horas de trabajo entre empleados y desempleados con igual salario. Frente a la explotación y miseria capitalista, luchar contra la Reforma Laboral y para expropiar sin pago a toda empresa que cierre o despida, bajo control de sus trabajadores. Ante la expoliación imperialista, dejar de pagar la deuda externa, romper con el TLC y nacionalizar bajo control de los trabajadores los sectores entregados al capital extranjero. La OPN debería hacer propias las demandas de los oprimidos y explotados: por una reforma agraria radical en el campo, por la autonomía a las comunidades indígenas y la disolución de los grupos paramilitares así como por los derechos de nuestros hermanos migrantes (mexicanos y centroamericanos). Junto a eso, por pensiones dignas y respeto a los derechos de los trabajadores jubilados, y por frenar la militarización y los asesinatos de mujeres y jóvenes en todo el país, exigiendo el juicio y castigo a los responsables.
La OPN debe tener un claro carácter de clase. No se trata de formar una organización común con los “pequeños y medios empresarios” defensores de la explotación capitalista (como plantean los Principios propuestos), quienes intentarán conducir la OPN de acuerdo a sus intereses.
Debe basarse en un funcionamiento democrático, desde las bases, con delegados rotativos y revocables designados por mayoría simple en cada instancia. Y donde se garantice el derecho a presentar propuestas de principios, programa y resoluciones ante toda la OPN para ser debatidas y votadas hacia el Congreso Constitutivo.
Toda eventual participación electoral debe propagandizar el programa y los métodos de lucha de los trabajadores, y no puede implicar el apoyo (“critico” o no) a partidos ajenos a nuestros intereses, incluyendo en esto a los “opositores” del PRD, el PT y AMLO.
Los trotskistas de la LTS luchamos por el poder obrero y para eso queremos construir un gran partido revolucionario, socialista e internacionalista, que es la herramienta para que la clase obrera derrote a los capitalistas y su gobierno. Al mismo tiempo, consideramos que sería enormemente progresivo todo paso que se pueda dar en el camino de la organización independiente de los trabajadores y que fomente la ruptura con los partidos burgueses. Por eso, ante el proceso de discusión y de organización de la OPN, proponemos un programa para que se convierta en una alternativa realmente independiente para los trabajadores y para el triunfo de las luchas obreras y populares.
Para ello, una tarea de los trabajadores, los jóvenes y los sectores populares, es conformar comités de base, en los centros de trabajo, escuelas, y colonias para discutir cómo poner en pie una gran Organización Política Nacional bajo un programa de los trabajadores e independiente de los partidos patronales. Desde la LTS te invitamos a sumarte e impulsar conjuntamente estos Comités de Base.