
MÉXICO, DF (apro).- Entre insultos, descalificaciones, conatos de
violencia, tomas de tribuna y recesos forzados, la 63 Legislatura de la
Cámara de Diputados aprobó –con los votos de PAN, PRI, PVEM, Panal y
PES– convertir el Pensionissste en una empresa paraestatal, con
autonomía de gestión y donde el gobierno federal se desmarca de posibles
quebrantos financieros.
Desde los primeros cinco minutos de
discusión, el tema encendió los ánimos de las izquierdas, quienes sin
tapujos acusaron de “traidores” y tacharon de “vendidos” a quienes en
las siguientes horas aprobarían en lo general la transformación del
Pensionissste, que maneja recursos por 120 mil millones de pesos de los
trabajadores al servicio del Estado.
Pero ni los enfrentamientos verbales y los conatos de violencia
impidieron los 344 votos a favor del cambio, a pesar de los 116 votos
en contra de PRD, Morena y MC. Del PAN sólo cuatro legisladores votaron
en contra, entre ellos el expresidente nacional de ese partido, Gustavo
Madero.
En el arranque de la sesión, el diputado Ariel Juárez, de
Morena, subió a tribuna para fundamentar la petición de “moción
suspensiva”, que no es otra cosa que el regreso del tema a comisiones;
luego acusó de “vende patrias” a los cinco partidos que votarían a
favor; calificó de “estupidez” modificar un sistema que según la Consar
es redituable.
Pero nada de esto molestó a los aludidos, quienes cómodamente escuchaban los epítetos desde sus curules.
Sin
embargo, cuando el diputado de Morena pidió que fueran claros y dijeran
de cuánto fue el “cañonazo” que recibirían por avalar la propuesta, se
indignaron; y quienes más lo hicieron fueron los del PVEM.
“¿A qué
intereses obedece esta reforma? ¿De cuánto es el cañonazo que va a
recibir cada uno de los que voten a favor? Si es un asunto de dinero,
les digo a todos los diputados que van a votar a favor, ahí está el pago
para que no entreguen a los trabajadores y puedan tener dignidad y no
traicionarlos. Si es un asunto de dinero, ahí está”, dijo desde tribuna,
al tiempo que les lanzaba unas monedas de chocolate.
De inmediato
el legislador de PVEM, Omar Noé Bernardino Vargas, brincó de su curul
para pedir la palabra: “Creo que este diputado debe ofrecer una disculpa
a todos los integrantes de esta legislatura. No podemos permitir en
ningún momento este vocabulario vulgar que acostumbra la gente allegada
al Peje, los ¡pejezombis!”, fustigó.
El mote enfureció a los 34
diputados de Morena presentes. Eran las 12 con 14 minutos. Un grupo de
legisladores de este partido se acercó a la fracción del Verde y
recriminó los dichos de Bernardino Vargas, quien respondió con más
insultos al grado de presentarse un connato de violencia. Debieron
intervenir legisladores del PRI y otros de Morena para calmar los ánimos
y alejar a los diputados que estaban a punto de trenzarse a golpes.
Fue la primera llamada de una intensa sesión salpicada de agresiones verbales.
La
priista Martha Tamayo Morales pidió que las expresiones “soeces y
vulgares que profirió el diputado” se retiraran de la versión
estenográfica. Luego una legisladora perredista consideró que quienes
“se asustaron por el contenido del discurso” de Ariel Juárez, “han
venido haciendo alusiones peyorativas al resto de los aquí presentes”.
Le
siguió Jorge Tello, también del PRD, quien recordó a los del Verde y
priistas que “el respeto se gana”, y ahora no han respetado a los
trabajadores que están afuera y están enojados “por todas las
estupideces que estamos haciendo aquí adentro”.
“Chocolates, no dinero”
El
principal aludido, Ariel Juárez, de Morena, y quien fue el diputado que
arrojó las monedas hacia las curules del PVEM, respondió desde su
curul: “Sostengo lo dicho y para mí es lastimoso que estén despojando a
los trabajadores de su dinero… Me podrán tachar de vulgar y malhablado
pero menos de traidor, y para eso ¡ustedes se pintan solos!”, soltó
dirigiéndose a las bancadas de PRI, PAN, PVEM y Panal.
Fidel Kuri
Grajales, diputado que llegó a San Lázaro por la coalición PVEM-PRI, se
engalló y en su impericia legislativa reviró: Pido, por favor, que ya se
siga el orden del día, y qué bueno que el diputado que acaba de pasar a
tirar los chocolates, que no engañe, no es dinero, que recoja su
cochinero”.
Siguieron luego los posicionamientos de PRD, MC y
Morena, que reclamaron que en su prisa por aprobar el dictamen, éste
estuviera lleno de contradicciones, que no se hubiera discutido y se
hubiera impuesto en la Comisión de Hacienda, que no se tomara en cuenta a
los trabajadores y se engañara a la sociedad al sostener que el
Pensionissste ya no era redituable para el empleado del Estado.
A
su vez, diputados del PES, Panal, PRI, PVEM y Panal aseguraron que el
organismo “no se privatiza”, que sí se discutió el tema a lo largo de un
mes y que se incluyeron las propuestas de la oposición.
Además,
que sí se escuchó a todos y se respetarán los derechos de los actuales
trabajadores del Pensionissste, quienes pasarán a formar parte de la
nueva paraestatal. Más aún, que la migración de cuentas de afores del
Pensionissste a las privadas fue lo que provocó hacerlo organismo
autónomo, donde su pensión “será digna”.
El PAN, creador del
Pensionissste, a propuesta del entonces presidente Felipe Calderón,
sostuvo que votaría a favor pero que mantendría vigilancia sobre el
nuevo organismo para estar seguros de que “se garantizarán mejores
condiciones para los trabajadores y, si no, es que pusimos en manos
equivocadas su dinero”, concedió Herminio Corral Estrada.
Del insulto a la toma de tribuna
Cuando
el PRD, a través de la diputada Lucía Meza, fijó posición, sus
compañeros de partido subieron a la parte baja de la tribuna y
extendieron sus pancartas: “¡Ya basta Peña Nieto! ¡No al robo de los
ahorros de los trabajadores!”, y “¡No al a reforma!”.
La diputada
del PRI, Fabiola Guerrero Aguilar, reclamó desde tribuna, sin hacer
referencia explícita al PRD, que primero presentaran cambios, se
negociaran y luego se retractaran no votando a favor.
Enseguida
retomó el discurso de Peña Nieto contra los “populistas” y sentenció: “A
pesar de los populistas y enemigos de los trabajadores, tendremos una
afore pública y se beneficiará a todos sus afiliados”.
Antes
recordó que la agrupación sindical de trabajadores al servicio del
Estado, la FSTSE, y que representa a 92 % de los burócratas, respaldó
los cambios al Pensionissste.
Poco antes, la diputada de Morena y
presidenta de la Comisión de Seguridad Social, Araceli Damián, argumentó
en contra de la transformación del Pensionissste en paraestatal y acusó
al PRI y sus aliados de estar lucrando con el dinero de los
trabajadores.
“No es su dinero, no es el dinero de Joel Ayala,
líder de la FSTSE, para que construya una tercera Riviera en playas
vírgenes de Guerrero. ¡Es de los trabajadores”.
Concluidos los
posicionamientos el dictamen se sometió a votación. 344 votos a favor de
PRI, PVEM, PAN, Panal y PES, con cuatro votos en contra del PAN, que se
sumaron a un total de 116 sufragios encabezados por PRD, Morena y MC,
más dos abstenciones.
Mientras el tablero legislativo registraba
el sentido del voto de cada uno de los 498 diputados presentes, los
legisladores de PRD, Morena y MC fueron tomando poco a poco la tribuna.
Una pancarta elaborada en ese momento se observaba desde las gradas de
prensa:
“En el PRD no avalamos el TEJODISSSTE”. Y empezaron los
gritos de “¡No a la reforma!” ¡“Esos son, esos son los que se roban la
pensión!”, o “¡Vende patrias!”.
Desde sus curules, vino la
respuesta del PVEM y de las diputadas del PRI: “¡Fuera, fuera, fuera!” o
“¡Pejezombis!, ¡ya bájense!”.
En la confusión, gritos e insultos,
desaparecieron los micrófonos de la tribuna. Por ello, el presidente
dela Mesa Directiva, el perredista Jesús Zambrano, advirtió: “En vista
de que se han retirado los micrófonos de la tribuna, hagan sus
intervenciones desde sus curules”.
Y es que seguían las reservas.
Morena registró 86, PRD 17, MC 13, PES una y PRI una. Pero los
integrantes de Morena se negaban a abandonar la “toma de tribuna” e ir a
sustentar desde sus curules las reservas.
Zambrano insistía, hablaba por teléfono, conminaba a la calma.
Desde
abajo, donde estaba la tribuna tomada, se escuchó un reclamó: “Ya te
dieron línea”. Zambrano reviró: “No recibo línea de nadie”, pero el
reclamo seguía al grado de que el perredista perdió el control y buscó
zafarse: “No sabía que tenías espionaje telefónico para saber con quién
hablo”.
El presidente de la Mesa Directiva decidió que ante la
falta de presentación de reservas desde la curul por parte de Morena “se
daban por retiradas”. Esto enardeció a los morenistas, quienes
reclamaban su derecho a fundamentar y debatir. Zambrano insistía: “Si
quieren usar la tribuna, permitan que se libere”.
Aceptaron
entonces ir a su curul cada diputado para presentar sus reservas,
mientras sus compañeros de partido, de PRD y de MC, destacadamente, se
mantendrían en “la toma de tribuna”.
Pero… los legisladores
exigían cinco minutos de tiempo por cada reserva, es decir, de las 86
sumaban 430 minutos, es decir, siete horas con 17 minutos tan sólo de
presentación. El PRI se negaba.
Por 22 minutos discutieron si
daban tribuna por cada reserva. Nadie se movía de su posición. La
izquierda quería dejar asentado en el Canal del Congreso las razones por
las cuales votaba contra el cambio en el Pensionissste. “Podrán
mayoritearnos, pero no impedir que argumentemos”, se escuchaba en el
pleno.
A las 15:37 se decretó un receso para que los coordinadores
parlamentarios y la Mesa Directiva acordaran si daban la palabra por
cinco minutos por cada reserva.
Justo a las 16:14 se reanudó la
sesión ganando la izquierda sus cinco minutos por reserva. Al cierre de
la edición, la presentación de éstas y el rechazo automático a cada una
de ellas proseguía. Pero ello ya no era importante para la dupla PRI-PAN
y los aliados del Verde, Panal y PES, pues la reforma al Pensionissste
ya se había aprobado en lo general.
La reforma se enviará al Senado para su ratificación y luego al Ejecutivo federal. Al siguiente día de ser publicada en el Diario Oficial de la Federación,
entrara en vigor el nuevo organismo, una empresa paraestatal que
manejará las afores públicas y donde hay una bolsa de 120 mil millones
de pesos de los casi 2 millones de trabajadores al servicio del Estado.
El
dinero de los burócratas, en caso de desfalco, no será responsabilidad
del gobierno ni tendrá reembolso frente a malos manejos.
Fuente: Proceso
Fuente: Proceso