John Saxe-Fernández-Opinión-La Jornada
El asalto a los artículos 27 y 28 de la Constitución del programa energético del gobierno es parte de un diseño de flexibilización constitucional” para privatizar y extranjerizar el “complejo petroeléctrico” del país, presente desde los años 80, analizado por Emilio Krieger en Violaciones presidenciales de la Constitución (Grijalbo 1996) y contenido en las Cartas de política por rama, del Banco Mundial, en las que se estipuló “permitir la competencia interna e internacional frente a Pemex” (JSF, La compraventa de México, Plaza & Janés, 2002, p. 203-376.) Es una regresión que vulnera a la nación, como lo planteó Gilberto López y Rivas (La Jornada 27/9/13) y un riesgo grave a la integridad federal en lo externo, por los cambios tectónicos de una riesgosa ecuación energética mundial en la que se agota el crudo barato y se agudiza la conflictividad internacional, por el enorme y creciente valor económico y estratégico del recurso.
El declive de los campos gigantes de crudo convencional en países no-OPEP y el que sólo ese cartel cuente con “capacidad ociosa” (puede aumentar la producción –en menos de 30 días– y mantenerla 90 días o más) acentúa la importancia del gas y petróleo convencional y no-convencional en el resto del mundo, empezando por México y su jurisdicción territorial en el Golfo de México, Canadá y Venezuela, miembro de la OPEP, dueña de la mayor reserva petrolera mundial, sometida, junto a Cuba, Brasil, Argentina, Ecuador y Bolivia, a un inusitado acoso de Estados Unidos a nivel de espionaje y de operativos de desestabilización. Evidenciando que la “mano invisible” no opera en vacíos de poder, menos en materia de petróleo y recursos naturales: el Estado, la política y la fuerza juegan un papel nodal.
Aunque la narrativa neoliberal se hizo trizas por el manejo clasista de recursos públicos en Estados Unidos ante la gran crisis que estalló en 2007, en México la “iniciativa” energética para “constitucionalizar” el ingreso de las “mayores” (ExxonMobil, Chevron/Texaco, BP-Amoco, Shell) asume que son “entes” de mercado, que el petróleo es una mercancía más, desatendiendo que la cúpula política y petrolera de Estados Unidos usa y abusa de “la mano visible” de su diplomacia a favor de lo que es una poderosa fuerza política. Las “mayores” son ante todo eso: entes políticos. Desde el pozo hasta la gasolinera, se manejan con instrumentos políticos. “La corporacion petrolera moderna con recursos mayores a los de muchos países”, dice Robert Engler, “funciona como un gobiernno privado en su planeación y control global... Las petroleras son apoyadas por la intervención del gobierno de Estados Unidos en todos los niveles de sus operaciones: las protege en materia de impuestos, tarifas, subsidios, leyes ambientales, acceso al dominio de lo público, coloca funcionarios a su servicio que las impulsan en todo lo que pidan, sea en operativos diplomáticos o militares”.
El uso tramposo y propagandístico que hace la clase gobernante de Estados Unidos de la “mano invisible” del mercado lo reafirmó Obama ante la ONU al endosar el uso unilateral del “puño militar”. Dijo que en Medio Oriente y África del Norte (Libia), donde está 60 por ciento de la reseva mundial de gas y petróleo convencional, Estados Unidos “está preparado para usar todos los elementos de nuestro poder, incluida la fuerza militar, para asegurar nuestros intereses vitales”. “Aseguraremos el libre flujo de energía de –esa– región al mundo”. Agregó que “...(A)unque Estados Unidos está reduciendo su dependencia de crudo importado, por la dependencia mundial en la energía de esa región... cualquier interrupción –del flujo– podría desestabilizar toda la economía global”, aludiendo así al aumento de 40 por ciento de la producción de gas shale –en lutitas– de Estados Unidos y a que la producción de petróleo shale llegó a 20 por ciento de su producción total, supuestamente revirtiendo años de descenso, dejando a un lado que la declinación del gas y petróleo shale es exponencial y que, como ya he indicado, el furor de las “mayores” por el crudo mexicano es porque los registros de producción diaria de 65 mil pozos shale en Estados Unidos, muestran que ese gas llegó a una meseta de producción a finales de 2011 y que 80 por ciento viene de cinco cuencas en declinación”, según estudio de David Hughes (Postcarbon Institute 2013). Por la gran caída de gas y petróleo shale que se registró en 2012 se perforaron por 42 mil millones de dólares –mdd– más de 7 mil pozos de gas y por 35 mil mdd, más de 6 mil de petróleo shale, para mantener los mismos niveles de producción.
Como Estados Unidos llegará al techo de los convencionales y no convencionales en 6 años, meter sus petroleras aqui es temeridad mayor: “Una vez que sacas los leones de las jaulas”, advirtió Luis Sauer, ex director de Petrobras, “entran en el sistema y tienen fuerzas para actuar con mucha más potencia en (lo) político y económico, para dominar los medios de comunicación e infiltrarse en los partidos políticos a través de cabilderos que son los que están en los congresos y en los palacios”.
Fuente: La Jornada
Fuente: La Jornada