A favor, 188 votos; en contra, sólo Washington y Tel Aviv, y tres abstenciones
Voceros de la Casa Blanca advierten que la resolución no cambiará la política hacia la isla
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, califica el embargo de “acto de genocidio”
Nueva York, 29 de octubre.- La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas condenó de manera casi unánime y por vigésimo segundo año consecutivo el bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba.
Con el voto abrumador de 188 a favor de la condena, y sólo Estados Unidos e Israel en contra (tres micropaíses se abstuvieron), Washington quedó una vez más aislado del consenso de la “comunidad internacional” que el gobierno de Barack Obama tanto elogia cuando está de su lado. No obstante, voceros del gobierno indicaron que no se considera cambiar esta política, y que el voto mundial en su contra no afectaría su “derecho soberano” de tener este tipo de relación bilateral.
Aunque el voto es simbólico –las resoluciones de la Asamblea General no son obligatorias (sólo las del Consejo de Seguridad)–, expresa la reprobación a la política del bloqueo de más de medio siglo que el país más poderoso del mundo impone sobre uno de los países más pequeños.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, declaró ante la Asamblea General: “nuestra pequeña isla no representa ninguna amenaza a la seguridad nacional de la superpotencia”, mientras “los daños humanos causados por el bloqueo económico, comercial y financiero impuestos por Estados Unidos contra Cuba son incalculables. Provoca sufrimientos y constituye una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos”.
Informó que los “daños económicos acumulados después de medio siglo como resultado de la aplicación del bloqueo suman un billón 126 mil millones de dólares”. Calificó al bloqueo de “un acto de genocidio” y de “guerra económica” con leyes internacionales. Indicó que 76 por ciento de los cubanos ha vivido bajo los efectos “devastadores” del bloqueo desde que nacieron.
El canciller acusó que “durante el gobierno del presidente Obama el bloqueo se ha recrudecido, en particular en el sector financiero”, y preguntó sobre el cambio prometido por el jefe de la Casa Blanca al ser electo. “El presidente estadunidense podría utilizar sus amplias facultades constitucionales, aún sin pasar por el Congreso, para generar una dinámica que cambie la situación. En definitiva, los estadunidenses dicen que fue elegido para el cambio. ¿Qué se gana con la inercia de una política vieja, obsoleta, propia de la confrontación bipolar, enferma y éticamente inaceptable, que no ha funcionado durante 50 años? ¿Por qué no escuchar la opinión crecientemente mayoritaria en la sociedad estadunidense y en la emigración cubana, incluso en Florida, que apoya la normalización de relaciones bilaterales y se opone al bloqueo y a la prohibición de viajar?”
Recordó que la designación de Cuba por el Departamento de Estado como patrocinador del terrorismo no sólo es “infundada”, sino que los hechos muestran otra cosa: los únicos actos terroristas relacionados con Cuba han sido lanzados desde territorio estadunidense contra la isla en los que se ha provocado 3 mil 478 muertos y 2 mil 99 discapacitados. A la vez, señaló que el terrorista internacional Luis Posada Carriles vive cómodamente en Miami, mientras continúa la injusta encarcelación de los cuatro luchadores antiterroristas cubanos en ese país.
Rodríguez reiteró la disposición de Cuba de buscar la normalización de las relaciones bilaterales por medio de un “diálogo serio, constructivo, en condiciones de igualdad y pleno respeto a nuestra independencia”.
México fue uno de los 188 países que votó en favor de la resolución de condena al bloqueo; el embajador Jorge Montaño, representante permanente de México ante la ONU, declaró en el debate que “el gobierno de México reitera su firme rechazo a la aplicación de leyes o medidas unilaterales de bloqueo económico contra cualquier Estado miembro de las Naciones Unidas, que además de ser violatorias del derecho internacional generan, invariablemente, severas consecuencias humanitarias, en abierta contradicción con los objetivos que presuntamente los inspiran. Al mismo tiempo, reflejan la renuncia de la diplomacia, la negociación y el diálogo como vías idóneas en la solución de controversias entre estados”.
Ante todo esto, el gobierno de Obama una vez más decidió ignorar el consenso internacional respecto de este asunto y se limitó hoy a reiterar su posición. En la ONU, el embajador estadunidense Ronald Godard fue el encargado de defender la política de su país como “una herramienta en nuestros esfuerzos para instar al respeto de los derechos civiles y humanos” en la isla. Acusó que con la resolución, Cuba estaba tratando de “identificar un chivo expiatorio externo” para sus problemas económicos internos.
En el Departamento de Estado, la vocera Jen Psaki afirmó que a pesar del voto abrumador, Estados Unidos “tiene el derecho soberano de conducir sus relaciones bilaterales económicas con otro país en acuerdo con sus propios intereses”. Agregó: “no pensamos que este debate anual en la Organización de Naciones Unidas haga algo por agregar y avanzar una discusión constructiva sobre estos temas”.
Durante los últimos cinco años desde que Obama llegó a la Casa Blanca había indicios –incluso promesas– de un posible cambio en la política estadunidense, pero sólo lo suficiente, hasta ahora, para desilusionar a los que esperaban algo más de esta administración.
Recientemente ambos gobiernos han retomado negociaciones directas sobre asuntos de inmigración, correo postal y para fijar estrategias para responder a desastres naturales, pero por el momento el gobierno de Obama no parece desear abrir más el diálogo.
Aunque algunas de las sanciones más severas sobre viajes y envío de remesas se hicieron más flexibles con Obama, así como algunos intercambios en el ámbito académico, cultural y deportivo, el bloqueo aún define la relación, a pesar del giro en la opinión pública, en círculos empresariales y hasta entre políticos que no sólo critican el bloqueo por ser una política fracasada, sino que se han declarado a favor de una normalización de las relaciones diplomáticas y económicas.
El voto y debate en la ONU no fueron tema principal en los medios estadunidenses.
Fuente: La Jornada
Fuente: La Jornada