Se reduce el margen con quienes quieren volver a Oaxaca
En una votación cerrada, dado que apenas hubo una diferencia de 488 sufragios, los maestros de la sección 22 de Oaxaca acordaron, por segunda ocasión, no reanudar las clases en su entidad y continuar con las movilizaciones en la capital del país.
Con 4 mil 966 votos, los profesores optaron por mantenerse de forma “masiva” en la ciudad de México, aunque sus protestas ya no han tenido el efecto esperado para abrir un canal de comunicación con el gobierno de Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con los resultados de la consulta dados a conocer en la asamblea estatal, nuevamente se acordó seguir “de frente” en la jornada de lucha y no acudir a clases, aunque la diferencia con quienes votaron en favor de volver a las escuelas fue de sólo 488 votos, pues un total de 4 mil 478 docentes se pronunciaren por regresar a Oaxaca e iniciar el ciclo escolar.
Docentes de la Costa y la Cañada –consideradas las regiones “duras” del movimiento magisterial– realizaron desde la mañana de ayer “amarres” para frenar la posibilidad de reanudar las actividades escolares este lunes, tal y como se esperaba de esta consulta, según las versiones difundidas durante la jornada.
Incluso, al inicio de la plenaria realizada en el edificio del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), un grupo bloqueó en diferentes momentos los accesos al edificio para impedir que los delegados ingresaran. Pese a la abierta oposición de estos profesores al regreso “masivo”, la asamblea sesionó sin problemas de quórum.
Por la mañana los docentes analizaron un nuevo documento de “orientación” para realizar este ejercicio plebiscitario, en el que se reconoció un contexto de movilización donde los ejes jurídicos, pedagógicos y políticos que empleó el movimiento fueron “aniquilados” por el gobierno federal.
Se alertó que la administración de Enrique Peña Nieto ha iniciado una etapa de “represión selectiva” con descuentos por faltas a maestros del Distrito Federal, órdenes de presentación para 850 docentes en Chiapas, y la toma de escuelas en Oaxaca. Con estas acciones, “se pretende infundir el temor de un despido masivo de maestros”.
En dicho análisis, se recordó la negativa del Tribunal Superior de Justicia para aceptar sus amparos, el incumplimiento de la Secretaría de Gobernación para tomar en cuenta sus propuestas en materia educativa, presentadas en diversos foros, e ignorar su demanda política de instalar una nueva mesa de diálogo.
En el texto, se insiste en capitalizar un plan único de acción que sincronice el movimiento nacional para reforzarlo “sin caer en el desgaste físico y económico” y retomando los vínculos con otras organizaciones sociales.
A este escenario, detalló, se suma una campaña de “contrainsurgencia magisterial” de la dirigencia institucional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y el ofrecimiento de becas y préstamos para que los docentes “acepten la reforma educativa”.
Advirtió que pese a las marchas, bloqueos y tomas de casetas, entre otras acciones realizadas en más de un mes, “se ha ignorado la petición de instalar mesas de trabajo que permitan destrabar el conflicto”.
En un primer momento, dice el documento, “se utilizó la simulación y el engaño; enseguida la represión física y, en un tercer momento, se recurrió a la omisión y el desinterés, apostándole al cansancio de los manifestantes”. Sin embargo, a la etapa de resistencia magisterial se debe agregar un nuevo elemento, la “desobediencia civil”.
Durante la consulta, que inició poco antes del mediodía, un reducido grupo de mentores de la Cañada y la Costa realizó un mitin en el campamento del Monumento a la Revolución. Ahí, acusaron que el movimiento fue “vendido” por sus dirigentes, a quienes culparon de la falta de resultados en las mesas de negociación, por lo que llamaron a “reventar” la asamblea estatal.
Fuente: La Jornada
Fuente: La Jornada