viernes, 7 de septiembre de 2012

Líder del SME rechaza una venganza personal

Martín Esparza aseguró que las acusaciones en contra del ex tesorero del sindicato datan del 2009 y que la decisión es de los jueces
7 septiembre 2012 | Susana Guzmán  | La Razón
Martín Esparza, líder del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), se deslindó de las acusaciones de revanchismo político tras la detención de Alejandro Muñoz, ex tesorero de esa organización sindical.
“Ése es un asunto judicial que está en manos de los jueces… las acusaciones las presentamos desde el 2009 y ya se ejecutó la orden de aprehensión y mañana se resuelve su situación jurídica”, dijo.

—¿Pero no hay resentimiento de su parte luego de que lo acusó de aportar millones a la campaña de AMLO?

—Bueno, eso lo va a tener que demostrar él ante un juez, porque sale a decir muy valiente, lo suben en cadena nacional, y hoy tendrá todo el tiempo en la cárcel para demostrar que lo que dijo ante el IFE está fuera de la realidad y en eso hay otros delitos, el hecho de que afirmes algo y no lo demuestres, pero eso lo van a resolver los jueces.

Entrevistado en la Cámara de Diputados, donde acudió a fijar la postura del SME en contra de la iniciativa laboral que propuso el presidente Calderón, Esparza Flores dijo que el caso de Alejandro Muñoz —quien fue detenido por autoridades del Poder Judicial capitalino y llevado al Reclusorio Oriente acusado de un presunto fraude por 500 millones de pesos— “es un asunto que está en los tribunales, todo lo tiene en el expediente el juez y es cosa de las autoridades, no mía”.

Criticó el hecho de que el asunto se quiera ventilar en los medios de comunicación “como si éstos fueran ministerios públicos”, y no en los juzgados. “Nosotros presentamos las denuncias y si es culpable o no lo decidirá el juez, yo no soy ni ministerio público ni juez”.

—¿Respecto a las acusaciones que hay también en su contra?

—Nosotros hemos acudido ante los jueces y al final no nos han encontrado responsables de quitarle recursos a alguien, por eso estamos aquí.

Fuente: La Razón