Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México* | Contralinea - Opinión | Domingo 5 de Febrero 2012
El 12 de diciembre de 2011, la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero, salió a manifestarse en demanda de solución a su pliego petitorio. Los estudiantes se trasladaron a la capital del estado, Chilpancingo de los Bravo. Llegaron a las afueras de la ciudad, en la desviación hacia Acapulco y Tierra Colorada, alrededor de las 11 de la mañana.
Los acompañaban organizaciones sociales, entre éstas, de Coyuca de Benítez y de Atoyac de Álvarez, Guerrero. Una hora después llegaron las fuerzas de seguridad federales y estatales: militares y policías federales, preventivos y ministeriales.
Los acompañaban organizaciones sociales, entre éstas, de Coyuca de Benítez y de Atoyac de Álvarez, Guerrero. Una hora después llegaron las fuerzas de seguridad federales y estatales: militares y policías federales, preventivos y ministeriales.
La agresión de los cuerpos policiacos fue directa. Los alumnos se defendieron con piedras. Las balas terminaron con la vida de los estudiantes Gabriel Echeverría de Jesús, quien cursaba el segundo grado de la licenciatura en educación física, y Jorge Alexis Herrera Pino, de que cursaba el tercer grado de la licenciatura en educación primaria. Además otro alumno fue herido gravemente, Édgar David Espíritu Olmedo: la bala le atravesó el cuerpo a la altura de las costillas. Veinticuatro estudiantes fueron detenidos y salvajemente golpeados. La mayoría logró huir hacia los cerros de Petaquillas y de Chilpancingo.
Desafortunadamente no es el único caso de represión que ha padecido la Normal en los últimos años. Los días 14 y 30 de noviembre de 2007, los normalistas fueron reprimidos por los policías antimotines por manifestarse en el Congreso estatal. En esa ocasión, la causa de las protestas fue que el gobierno del estado intentaba suprimir la licenciatura en educación primaria, con el pretexto de que en Guerrero los maestros ya no hacían falta. La Normal Rural fue la única que opuso resistencia. En las movilizaciones no participaron las urbanas públicas ni las privadas. Actualmente, en Guerrero la escuela de Ayotzinapa es la única que imparte dicha licenciatura. El gobernador entonces era Zeferino Torreblanca Galindo, quien había prometido desaparecer a la Normal, lo cual no logró.
Lo cierto es que esta escuela, como la mayoría de las otras normales rurales que integran la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, debe de movilizarse para seguir subsistiendo. Cada año se debe arrancar al gobierno el presupuesto, la beca alimenticia y la convocatoria de nuevo ingreso. La lucha porque cada Normal siga existiendo es intensa.
En nuestro país, después de la matanza de estudiantes en 1968, se lanzó una campaña contra todo el normalismo rural. De entonces a la fecha, han cerrado la mayoría de este tipo de escuelas. Al parecer, a los gobiernos les preocupa demasiado que los estudiantes tengan mucha presencia en los pueblos y que estén siempre dispuestos a ayudarlos. Como pocas instituciones, las normales rurales interactúan con las comunidades en las que se establecen. Los alumnos que se forman como futuros maestros se preparan integralmente, tanto en lo académico, como en lo político, deportivo, cultural y productivo. El objetivo, desempeñarse como el maestro que cada comunidad necesita para paliar la pobreza y salir del atraso.
La Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos se ubica cerca de Tixtla, a 14 kilómetros de Chilpancingo de los Bravo. Se fundó el 2 marzo de 1926.
El actual gobernador, Ángel Aguirre Rivero, visitó las instalaciones la normal hace algunos meses. Dijo que venía a dialogar y que nuevos tiempos habría para la normal. Ahora tenemos claro que sólo quiso quedar bien ante los medios de comunicación. Primero su cerrazón y su menosprecio provocó la movilización estudiantil. Luego su represión detonó en un movimiento social encabezado por la normal, que apenas está iniciando.
Después del asesinato de nuestros compañeros, medios de comunicación al servicio de los gobiernos lanzaron una campaña contra la Escuela Normal Rural. Hubo “periodistas” que aseguraron incluso que nosotros, los normalistas, habíamos disparado las armas de fuego. Ya no pudieron sostener esas mentiras, pero ahora propagan otras. En realidad no nos preocupa mucho esa campaña de los medios aliados al poder. Contamos con el respaldo de los pueblos de Guerrero, a quienes servimos y a quienes nos debemos.
Ayotzinapa está de pie. Se levantó en movimiento para luchar y exigir justicia. La excelencia académica que buscamos no puede estar condicionada a la sumisión política. Demandamos la recalendarización del periodo académico y rechazamos la intención del gobierno estatal de cancelar el ciclo escolar.
*Organización estudiantil integrada por alumnos de las escuelas normales rurales de México
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