Españoles, canadienses, estadounidenses…
El diagnóstico de 2008 indicaba que en México ocho empresas de cinco países operaban ya 21 centrales generadoras produciendo un total de 11 mil 457 (MW).
19 noviembre 2011 | Martín Esparza Flores | Siempre!
Las empresas trasnacionales generadoras de energía eléctrica han aprovechado al máximo el jugoso botín que los gobiernos panistas les colocaron en charola de plata desde la llegada al poder de Vicente Fox, en el año 2000.
Una década después no sólo terminaron por adueñarse de casi 50 por ciento de la generación total sino que han obtenido contratos a largo plazo dónde llevan todas las de ganar en detrimento de las finanzas públicas a las que la dócil y entreguista Comisión Federal de Electricidad (CFE), exprime año con año, urgida de cumplir sus desventajosos compromisos
Como consecuencia de esa política antinacionalista, el gobierno de Felipe Calderón autorizó a CFE hasta el 31 de diciembre del 2010, la firma de 22 contratos con inversionistas privados, de los cuales son sin duda las empresas españolas las que mayor injerencia tienen en el control de la generación interna de electricidad.
Como consecuencia de esa política antinacionalista, el gobierno de Felipe Calderón autorizó a CFE hasta el 31 de diciembre del 2010, la firma de 22 contratos con inversionistas privados, de los cuales son sin duda las empresas españolas las que mayor injerencia tienen en el control de la generación interna de electricidad.
Un análisis detallado de la participación de dichas trasnacionales pone al descubierto no sólo la entrega de los recursos energéticos del país sino además la deliberada intención por aniquilar a empresas del estado como la extinta Luz y Fuerza del Centro a la propia CFE, que lejos de ser la pregonada Empresa de Clase Mundial, se ha convertida en tapete de las trasnacionales y fuente de incontables historias de corrupción como la protagonizada por el hoy prófugo, Néstor Moreno Díaz.
Así tenemos que mientras en el año 2000 de la generación total de electricidad en México, que era de 39 mil 799 (MW), la CFE participaba con 35 mil 386 y Luz y Fuerza con 827 (MW), los Productores Independientes (PIE´s), apenas lo hacían con 484 (MW) y los beneficiarios con el Sistema de Autoabastecimiento y Cogeneración, lo hacían con 3 mil 102 (MW).
Pero ya para el 2008, de la generación total que ascendió a 58 mil 455 (MW), los PIE´s, aportaron nada menos que 11 mil 457 (MW), la CFE 38 mil 474 (MW), Luz y Fuerza mil 174 y los sistemas de autoabastecimiento, 7 mil 350. Como se observa, los panistas dieron manga ancha a las trasnacionales para irse adueñando de la generación de electricidad pues CFE apenas incrementó su generación del 2000 al 2008, en 3 mil 88 (MW) y Luz y Fuerza en 347 (MW).
¿Pero qué trasnacionales se repartían el botín en 2008?
Veamos a detalle: la española Iberdrola ya contabilizaba cinco plantas generadoras en sitios del territorio nacional como Tamazunchale, Altamira, La Laguna y Monterrey, logrando una capacidad de generación de 4 mil 239 (MW); la también ibérica, Unión Fenosa, contaba con tres plantas en Tuxpan, Naco Nogales y Hermosillo, su generación llegaba a los mil 690 (MW); la estadounidense Intergen ya operaba dos plantas: una en El Sauz y otra en Rosarito, generando en ambas 984 (MW); la japonesa Mitsui, también con dos plantas en Valladolid y en Tuxpan, produciendo mil 20 (MW); la francesa EDF, con cuatro centrales generadoras en sitios como Río Bravo y Saltillo, alcanzando una generación de mil 738 (MW); con dos plantas la canadiense Transalta que en Monterrey y Campeche, generaba 511 (MW); y por último, con una planta la japonesa Mitsubishi que en Tuxpan producía en 2008, 495 (MW), la americana AES que en Mérida aportaba 484 (MW) y en asociación de EDF y Mitsubishi en Altamira, con otros 495 (MW).
El diagnóstico de 2008 indicaba que en México ocho empresas de cinco países operaban ya 21 centrales generadoras produciendo un total de 11 mil 457 (MW); de esta cantidad las españolas Iberdrola y Unión Fenosa se llevaban casi el 52 por ciento del jugoso botín con 5 mil 929 (MW). De acuerdo a un análisis de la Cuenta Pública elaborado por el Congreso, del 2000 y al 2009, CFE había pagado a dichas empresas por compra de energía más de 350 mil millones de pesos. Se calcula que las obligaciones inherentes a sus contratos con las trasnacionales le costarán en los próximos años a la Empresa de Clase Mundial, algo así como los 14 mil 944 millones de dólares.
Esto no es sólo una traición a la patria sino además una abierta entrega de los recursos energéticos, por eso la necesidad del gobierno panista de extinguir a organismos como Luz y Fuerza del Centro y al combativo Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), para permitir la encubierta privatización del sector, pisoteando la Constitución y el Estado de derecho.
Razones de peso las antes expuestas por las que el SME está haciendo una atenta invitación a todos los usuarios y al pueblo en general, para que participen en la magna marcha a celebrarse el próximo 23 de noviembre a las 5 de la tarde, y que partirá del Angel de la Independencia al Zócalo de la ciudad de México, para exigir al gobierno federal un cambio en la política energética del país en beneficio de las mayorías.