19 noviembre 2011 | Álvaro Delgado | Proceso
Las más recientes calamidades y descalabros del panismo y el gobierno calderonista erosionan seriamente las posibilidades de uno y otro en la ruta hacia 2012. El panorama lo complican los intentos del presidente de la República por imponer a Ernesto Cordero como candidato del blanquiazul. “Nuestra preocupación debe ser con qué argumentos convencemos a la ciudadanía de que merecemos una tercera oportunidad. Ese es el drama hoy del PAN”, afirma Juan José Rodríguez Prats, integrante del Comité Ejecutivo Nacional de ese partido.
En un contexto de violencia y anemia económica, retroceso electoral y desánimo entre su militancia, el Partido Acción Nacional (PAN) acumula problemas: El derrumbe de Luisa María Calderón en Michoacán, la muerte del secretario de Gobernación, Francisco Blake, el rezago para definir a su candidato presidencial –con “indicios” de imposición de Ernesto Cordero– y la revocación de los “dedazos” de la cúpula.
En un contexto de violencia y anemia económica, retroceso electoral y desánimo entre su militancia, el Partido Acción Nacional (PAN) acumula problemas: El derrumbe de Luisa María Calderón en Michoacán, la muerte del secretario de Gobernación, Francisco Blake, el rezago para definir a su candidato presidencial –con “indicios” de imposición de Ernesto Cordero– y la revocación de los “dedazos” de la cúpula.
Pero a estos acontecimientos, incluidas las ya perfiladas candidaturas presidenciales de Andrés Manuel López Obrador y de Enrique Peña Nieto, se suma un obstáculo mayor para el PAN: El juicio ciudadano a los 11 años de gobierno de Vicente Fox y Felipe Calderón.
“Nuestra preocupación debe ser con qué argumentos convencemos a la ciudadanía de que merecemos una tercera oportunidad. Ese es el drama hoy del PAN”, afirma Juan José Rodríguez Prats, quien ve saldos positivos, pero insuficientes: “Hubo falta de habilidad, malicia y coraje. Pudiendo haber hecho tanto, nos atrevimos a tan poco”.
Miembro del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN, defensor de la presidencia de Gustavo Madero, Rodríguez Prats lamenta el bajo nivel del gabinete de Calderón y la falta de contundencia en el combate a la corrupción.
“El saldo lo podemos salir a defender, pero hacer un diagnóstico sustentado en profesionales del optimismo, que todo está bien y que hemos sido heroicos, no nos lo creería la ciudadanía. Y si vamos a un discurso objetivo, sensato y realista, puede haber panistas que se sientan ofendidos.”
La más reciente encuesta de Consulta Mitofsky da a Calderón una aprobación de 50%, la peor de un quinto año de gobierno en comparación con Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y Fox, al que se añade un dato más negativo: Seis de cada 10 mexicanos piensan que el país va por un rumbo equivocado.
Con esta evaluación a la gestión del PAN se desarrolla la disputa por la candidatura presidencial entre Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel y Ernesto Cordero, pero también la definición de las candidaturas a diputados y senadores, cuya estrategia de designaciones fue echada abajo por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Detrás de las impugnaciones ante el TEPJF, que el jueves 17 dejó sin efecto los “dedazos” de 241 de los 300 diputados federales y las fórmulas de senadores en 24 de los 32 estados, definidas por el CEN el 18 de octubre, se identificó a operadores de Vázquez Mota, como Jorge Manzanera, responsable de la estrategia electoral y supuestamente distanciado de Calderón.
Inconforme con este método, por el que ella llegó a la diputación, Vázquez Mota pidió a Madero, en una carta, reconsiderar, aunque no tuvo éxito, hasta que el TEPJF emitió su fallo:
“El PAN se juega su historia y su futuro en estas elecciones, y es importante que se evite un manejo de cuotas en las candidaturas, que se dé certeza a todos los militantes y que las designaciones no se conviertan en prebenda o concesiones para ningún grupo.”
El mismo reclamo hizo Creel –“el militante debe designar y elegir a sus candidato, y nadie más”–, mientras que Cordero, señalado como el “candidato oficial”, se encogió de hombros: “Yo respeto la decisión del PAN”.
“Dedazos”
El diputado federal Alberto Pérez Cuevas, vicecoordinador del grupo parlamentario del PAN y operador de Vázquez Mota, niega que el equipo de campaña esté detrás de algunos de los mil 455 juicios de protección de derechos políticos presentados ante el TEPJF, pero reconoce que dejaron “en libertad” a simpatizantes para proceder así.
“No es un plan preparado y ejecutado por el equipo de campaña, sino que se dejó en libertad a cada uno de los militantes, que seguramente algunos confluirán en este equipo”, explica el legislador.
Lo que es real, dice, es que las designaciones detonaron inconformidad, sobre todo porque no hay reglas claras para definir a los que serán candidatos y, sobre todo, si van a beneficiar a allegados a algún precandidato presidencial.
“Lo que planteamos nosotros es que haya reglas claras para que no exista esta suspicacia. Si no hay reglas ni claridad, la duda puede estar fundada. Hay un asunto de duda que se puede terminar cuando el partido ponga reglas a este tema.”
Y advierte: “Si se llega a demostrar que puede haber tentación de hacer una de esas designaciones para beneficiar a cualquiera de los aspirantes, que violente los derechos de los militantes del partido, seguramente que habrá una serie de expresiones, y muy fuertes”.
Uno de los simpatizantes de Vázquez Mota que recurrieron al TEPJF es el alcalde de León, Guanajuato, Ricardo Sheffield, cuya designación de la fórmula se lo impedía y beneficiaba al gobernador, Juan Manuel Oliva, quien pretende imponer a su esposa, Martha Martínez Castro.
Otro promotor de Vázquez Mota que promovió juicios antes el TEPJF, aunque sin su nombre, es el diputado local de Jalisco José María Martínez, quien renunció a la coordinación del grupo parlamentario para buscar ser senador y cuya designación de la fórmula desde el CEN se lo impedía.
“Que quede claro, el problema de las designaciones no es jurídico, es de principios de Acción Nacional”, expresó públicamente Martínez, quien con su equipo fue el artífice de la argumentación jurídica en los juicios que se presentaron ante el TEPJF y que echaron abajo los “dedazos”.
La pretensión de hacer designaciones, sin embargo, no quedó cancelada tras el fallo del TEPJF, y se presentaron nuevas, aunque en menor número, sobre las que Madero solicitó un voto de confianza a los miembros del CEN, en la sesión del jueves 17.
“Gustavo pidió un voto de confianza y se iba a reunir con la Comisión Nacional de Elecciones y con el jurídico para tratar de sustentar el mayor número de casos”, confirmó al reportero Rodríguez Prats.
Y así fue: Hasta el cierre de esta edición, la noche del viernes 18, el CEN tenía previsto modificar el número de distritos y estados donde habrá nuevos “dedazos” de candidatos a diputados federales y senadores, pero serían apenas 50, las dos terceras partes de las 241 designaciones para diputados.
En el resto de los distritos deberán celebrarse elecciones entre militantes, pero también se prevén candidaturas “de unidad” para evitar las contiendas, sobre todo para evitar que los gastos de precampaña afecten los topes de las campañas.
Así se lo propusieron, por ejemplo, miembros de la CNE, como el senador José Isabel Trejo, al diputado José María Martínez, para evitar nuevas impugnaciones en el caso de Jalisco.
Maquinaria para Cordero
Testigo del proceso de designación por parte de la CNE, Rodríguez Prats niega que mediante las designaciones se pretenda beneficiar a alguien en particular, sino que se aprobó el método en los distritos y estados donde se acreditó que la estructura del PAN está secuestrada por un grupo.
“Hay que ver quién está protestando. Si se le rasca un poquito es posible ver a qué interés corresponde”, dice y pone como ejemplo Jalisco, donde 14 integrantes del comité estatal, incluido el presidente, Hernán Cortés, renunciaron para, con base en la afiliación masiva que habían hecho, ganar las candidaturas.
“Ya tenían su distrito, ya tenían su gente, y de repente el CEN asume la decisión”, subraya, y lo mismo ocurre en Nuevo León, con el grupo San Nicolás que integran el alcalde de Monterrey, Fernando Larrazabal; el delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Zeferino Salgado, y Raúl Gracia, consejero de la Judicatura estatal, promotores de Cordero y vinculados los tres con Juan José Rojas, El Zar de los casinos.
Este grupo arrebató la hegemonía al de San Pedro Garza García, que encabeza Fernando Canales Clariond, quien ha tenido acercamientos con López Obrador y cuyo hijo del mismo nombre ya hizo pública su adhesión a éste después de que Larrazabal no será sancionado por la Comisión de Orden, como lo había solicitado el CEN.
Sin contar con esta información, Rodríguez Prats dice: “El argumento de que no deciden los militantes y que se está traicionando a la democracia suena muy bonito, pero por ejemplo Larrazabal tiene a mil 300 militantes en la nómina y están muy enojados”.
Niega, también, que las candidaturas por designación favorezcan a Calderón, porque los 52 integrantes del CEN deciden, según él, en conciencia panista. “No voy a negar que no tenga influencia, sería un absurdo, pero no para dar órdenes”.
–¿El CEN no está subordinado a Calderón?
–No, habemos varios que nos hemos enfrentado a Felipe y de eso hay muchos testigos.
En efecto, Rodríguez Prats se ganó la animadversión de Calderón desde que, en marzo de 2005, se negó a declinar su candidatura a la presidencia del PAN a favor de Carlos Medina Plascencia y apoyó a Manuel Espino.
Inclusive, tras la debacle de 2009, y cuando César Nava era candidato único para relevar a Germán Martínez en la presidencia del PAN, por órdenes de Calderón, manifestó su rechazo en la sesión del Consejo Nacional, el 8 de agosto.
En su intervención, que incluye en su más reciente libro Soy panista, Rodríguez Prats citó discursos de Calderón, ahí presente, repudiando como opositor la subordinación del PRI al gobierno.
“Habría que preguntarse –dijo– si estas ideas aún son útiles, si los ideales y los principios sirven en política, o si todo esto que se pregonó desde la oposición hoy se ha convertido en una frustrada quimera.”
Provisto del pulso que toma al panismo en sus recorridos por el país dando conferencias –lleva 75 en el año–, Rodríguez Prats advierte de maniobras desde el gobierno federal para favorecer a Cordero.
“Estoy asustado porque veo maniobras preocupantes que voy a plantear en el CEN, porque Madero y el CEN debemos hacer respetar al PAN, que se le respete desde el poder.”
Afirma que el apoyo es, actualmente, “vía delegados”, y que se suma a otros previos: “Primero, el presidente le da a él solo la palabra ante mil 800 delegados del país; segundo, funcionarios públicos de alto nivel apoyándolo, y tercero: Javier Lozano declina ¡Esa es una práctica priista! ¡Esa es la cargada en el PRI!”
Insiste: “Hay indicios. Cordero es panista desde 2007 y tiene que demostrar que es más panista que felipista, porque todo lo que ha hecho ha sido bajo la sombra de Calderón. Cordero no sale de un discurso de Felipe, Felipe, Felipe”.
–¿Ha crecido?
–No pasa de 10%. Por eso digo: Sería tremendamente sospechoso que, en febrero, de repente veamos que se encuentra Cordero. Todo mundo se preguntaría: Cómo le hizo.
“Cordero tiene un problema enorme: Tiene que demostrar que no es el ungido, convencer que tiene sus propias cualidades para ser nominado. De lo contrario te puedo decir que sería el mayor atropello que al PAN se le haga y que pudiera provocar un serio problema que se reflejaría en no ser competitivos en la elección del 2012.”
El derrumbe de “Cocoa”
Al respecto, Pérez Cuevas dice que el escenario que enfrenta el PAN hacia la elección de 2012 es muy difícil, sobre todo porque la izquierda ya definió a López Obrador y el PRI perfila a Peña Nieto:
“Por eso el PAN tiene que cuidar muy bien sus decisiones, sus procesos, sus aspirantes y no se puede dar el lujo de mandar señales de errores, de choques, de rompimiento”.
El operador de Vázquez Mota –quien infructuosamente ha pedido que se adelante el proceso de selección del candidato presidencial– expone que el PAN debería analizar qué hacer con las designaciones, porque “las circunstancias políticas hoy están cambiadas en 180 grados”.
–¿Gravita la derrota en Michoacán?
–Sí, totalmente, todo eso nos obliga a tomar una determinación, hacer una reflexión y tomar las mejores decisiones y no equivocarnos. Ni no queriendo equivocarse, equivocarnos, ni algunos a lo mejor de mala fe. En este momento lo dejaríamos como una duda, pero al menos hay ese fantasma.
En efecto, la derrota de la candidata del PAN al gobierno de Michoacán, Luisa María Calderón, abatió al panismo, sobre todo porque las encuestas les daban la certeza de que ganaría. La misma noche del domingo 13, aunque se declaró ganadora, no había duda del resultado.
La Cocoa, hermana mayor de Calderón, culpó a las mafias de su derrota y prácticamente acusó al priista Fausto Vallejo, el ganador, de ser cómplice: “Sería grave que el próximo gobernante de la entidad fuera un títere del crimen organizado”, dijo en una acusación que retomó la dirigencia nacional del PAN.
En los hechos, y ante la “intervención directa, abierta y descarada de los criminales”, el PAN pidió la anulación de las elecciones, porque de lo contrario habría un narcogobierno:
“No debe minimizarse el ominoso hecho de que si no se corta de tajo este comportamiento criminal, México entero corre el riesgo mayor de que Michoacán sea el primer estado en el que las organizaciones criminales sean capaces de entronizar un gobierno estatal.”
Rodríguez Prats, quien fue por breve tiempo delegado del CEN en Michoacán, reconoce que la derrota ha afectado anímicamente al panismo: “Hay dolor por esa pérdida de Cocoa, pero nos arraiga la convicción de que estamos peleando con los mismos de 1939: Peña Nieto y Gonzalo N. Santos no se distinguen”.
Amigo de Vallejo, el ganador de las elecciones con 52 mil votos más que la Cocoa, es cuidadoso de no invalidar las acusaciones de que fue apoyado por el narcotráfico: “De repente la política se torna un torbellino y arrastra. Fausto se dejó arrastrar”.
La derrota en Michoacán, una apuesta al más alto nivel, se produjo tres días después de que se estrelló el helicóptero en que viajaba el secretario de Gobernación, que murió junto con otras siete personas, y el mismo día en que se supo que Alonso Lujambio, secretario de Educación, padece cáncer.
Rodríguez Prats razona: “Se debe hacer un análisis muy objetivo con las cinco cosas que nos cayeron encima: el accidente de Blake, la enfermedad de Lujambio, Michoacán, la decisión del PRD y el fallo del Tribunal. Otra vez vamos a la adversidad y hay que hacerlo con la mayor entereza”.
Pero antes de la elección constitucional de julio de 2012, el PAN enfrenta una situación complicada, además del saldo de sus gobiernos: “Hay muchas dudas, porque la pregunta que muchos panistas se hacen es si el proceso se va a manipular…”.