Se ha quedado sin interlocutores válidos. Es ya un mandatario que se ha aislado de los grandes acuerdos nacionales. Mal síntoma.
27 agosto 2011 | Martin Esparza | Siempre
27 agosto 2011 | Martin Esparza | Siempre
Felipe Calderón desearía que su V Informe de Gobierno se transformara en un truqueado espejo mágico que, como en los cuentos de hadas, le dijera que es el más justo, el mejor presidente…
Porque fuera del terreno de los buenos deseos, basta con que el mandatario se asome a los noticieros para acabar con todo encanto color de rosa y saber que el país de las maravillas que dice gobernar, no existe.
Ni bombardeando en los medios con sus spots de que hemos avanzado, puede contrarrestar su gobierno el creciente número de manos extendidas que en los cruceros viales de las grandes y medianas ciudades, mendigan una moneda para no morir de hambre.
Tampoco enarbolando la bandera de paladín contra el crimen organizado logra resarcir los miles de efectos colaterales que su fallida lucha ha dejado por todo el país; más de 40 mil muertos y miles de viudas y huérfanos.
Al arribar a su V Informe de Gobierno, el Presidente es un político venido a menos, cercado por su propio partido que ya anuncia una purga interna por el favoritismo dispensado a su candidato presidencial, Ernesto Cordero. En lo legislativo urge a acuerdos pero no otorga diálogo ni consensos. De hecho, se ha quedado sin interlocutores válidos. Es ya un mandatario que se ha aislado de los grandes acuerdos nacionales.
Mal síntoma el que en muchos municipios del país ya nadie quiera asumir los cargos para el manejo de los cuerpos policiales. Su estrategia de seguridad ha fracasado y se niega a reconocerlo. Por eso, vale preguntarse: ¿qué va a informar el trunco presidente del empleo?
Lo más preocupante no es sólo de qué nos va a hablar a los mexicanos, sino cuántos todavía le creen. Las encuestas hablan de un desplome a su imagen llevándose consigo a todos los aspirantes de su partido al 2012.
Es el momento, pues, de que los ciudadanos indignados y cansados de soportar las promesas incumplidas y las consecuencias de una política económica mal planeada, alcemos la voz. Por eso, el Sindicato Mexicano de Electricistas, ha convocado a la sociedad en general y a las organizaciones sociales, a que se unan el próximo primero de septiembre al movimiento Mexicanos Indignados, donde todo aquel que tenga algo qué decir, qué opinar o qué criticar, lo haga libremente en la plancha del Zócalo capitalino.
Sentimos que es de suma importancia que miles participen para evitar que el marco de las libertades que se vive en la ciudad de México, sea trastocado por las intenciones fascistas y represivas de algunos políticos panistas de derecha que insisten en cancelar al Zócalo su papel como el foro de expresión nacional de todos los mexicanos.
Somos más los que reprobamos un gobierno que ha trabajado en beneficio de unos cuantos dañando la economía familiar de millones de hogares y truncando el futuro de nuestros hijos. Somos millones los que sabemos que ni “besando sapos”, se podrán operar los cambios que el país necesita, menos a un año de distancia de un sexenio donde ni los espejos mágicos han funcionado.