Serpientes y Escaleras | Salvador García Soto | Miércoles 08 de junio de 2011
La mejor estrategia de posicionamiento es el escándalo. Detrás de los desbarres y las controvertidas declaraciones del secretario de Hacienda, Ernesto Cordero Arroyo, hay algo más que su insensibilidad de tecnócrata de segunda generación.
Asesorado por los estrategas estadounidenses Dick Morris y Bob Allyn —los mismos que llevaron a Vicente Fox a la cima de la popularidad como candidato—, Cordero juega a la provocación y al escándalo con declaraciones técnicamente fundadas, pero políticamente incorrectas, que, si bien le han valido severas críticas y reproches, también lo han hecho ser noticia y estar en primeras planas y en los noticieros de radio y televisión en las últimas dos semanas.“Escandaliza, que algo queda”, es la lógica de Morris y Alley, que en esta etapa buscan hacer que al polémico titular de Hacienda lo conozcan más mexicanos, y encontraron en sus provocadoras declaraciones la mejor forma de lograrlo. Y es que a pesar de su bien planeado “destape”, de la cargada panista que se manifestó en su contra y de la percepción de que es el candidato del presidente Calderón, Ernesto Cordero no logra aún mejorar su posicionamiento en las encuestas.
Ayer se dieron a conocer los resultados de la encuesta de GEA-ISA sobre los presidenciables del PAN. Santiago Creel sigue punteando en población abierta con 24% de intención del voto, contra 12% de Josefina Vázquez Mota, 6% de Alonso Lujambio y en el último lugar está Cordero con 3% de intención del voto. Cuando la pregunta se hace sólo a militantes del PAN, Creel obtiene 38%, Vázquez Mota 17%, Lujambio 7% y Cordero 6%.
Con esas cifras, se entiende la urgencia de mejorar el posicionamiento de Cordero dentro y fuera del PAN. Para eso, al titular de Hacienda le mandaron traer a los dos asesores que trabajaron en la campaña de Fox: Bob Allyn, el consultor texano también conocido como “el señor de los mensajes sucios”, al que se atribuye el crecimiento político de George W. Bush, y conocido por su estilo de golpeteo con campañas sucias a los adversarios. “La publicidad negativa nunca es popular… pero puede ser usada con éxito”, ha dicho en entrevistas.
El otro superasesor que estaría buscando hacer crecer a Cordero es Dick Morris, también conocedor de la política mexicana y estratega de Vicente Fox. En su libro El nuevo príncipe, Morris plantea que el escándalo es la mejor estrategia de posicionamiento.
El problema mayor que tiene Ernesto Cordero son los tiempos. Le quedan cuatro meses para la fecha en que se emitirá la convocatoria del PAN, el 18 de octubre próximo, y necesita crecer más de 20 puntos entre la población abierta para igualar a Creel, y al menos 30 puntos entre los militantes del PAN.
Si, como cada vez más panistas piensan, sí es el candidato de Felipe Calderón y en su destape y carta de adhesión operaron directamente desde Los Pinos para presionar a varios panistas firmantes, eso comenzará a verse en los apoyos y el uso de programas y delegaciones federales en apoyo a su candidatura. De hecho, se dice que a favor de Cordero están operando hacia adentro del PAN: Roberto Gil, el secretario particular del Presidente; Adriana Dávila, coordinadora de Delegados Federales del gobierno calderonista, y Jorge Manzanera, ex operador de Calderón con el panismo.
Su problema es que la Secretaría de Hacienda tiene que empezar a armar desde agosto el presupuesto federal del 2012 para presentarlo a la Cámara de Diputados el 8 de septiembre. ¿Llegará Cordero a la elaboración del presupuesto?, ¿querrán los partidos en el Congreso negociar el paquete presupuestal con un aspirante presidencial en campaña? En Hacienda ya se habla de que agosto sería el límite para la renuncia de Cordero para irse a la campaña y se mencionan incluso dos nombres de posibles sucesores: José Antonio Meade, de Energía, y el subsecretario de Ingresos, José Antonio González Anaya, ambos cercanos a Cordero.
Por lo pronto, lo que tiene claro el precandidato Cordero es que, según le han dicho sus estrategas extranjeros, provocar y escandalizar con sus declaraciones, que han sido como bofetadas a las clases trabajadoras del país, le ayudarán a posicionarse. Dice un dicho, también propio de consultores políticos, que para ser candidato presidencial hay que parecerlo, y Cordero, con todo y sus escándalos, todavía no lo parece.
NOTAS INDISCRETAS… “A mi sucesor lo designa el Presidente, así que les pido que nadie aquí ande haciendo campaña por el cargo, ni promoviéndose en los medios”, dijo molesto el secretario de Salud, José Angel Córdova, en reunión con su equipo. Y aunque no dijo nombres, muchos voltearon a ver al director del Conadic, Carlos Tena Tamayo, quien dijo en entrevistas con medios de Guanajuato que una vez que Córdova se fuera como candidato del PAN a la gubernatura, él sería el nuevo secretario de Salud ¿Le quedaría el saco?...Se baten los dados. Doble Escalera.