Susana González G.
Domingo 15 de mayo de 2011, p. 28
Pese al tamaño y crecimiento de la economía del país, los trabajadores mexicanos tienen salarios y condiciones laborales similares a los de países centroamericanos como Guatemala, Honduras, Panamá o República Dominicana, de acuerdo con un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) sobre la calidad del empleo en América Latina.
El crecimiento de la economía, indica, puede tener un impacto favorable en la generación de empleos,
pero un impacto menor en los ingresos.
De18 países analizados por el organismo, México forma parte del grupo de cinco naciones que reporta
los niveles más altos de población ocupada con salarios muy bajosy la situación empeora en las zonas rurales donde
un empleo asalariado está lejos de garantizar un ingreso decente ya que más de 20 por ciento de los asalariados perciben un ingreso menor a la línea de la pobreza.
Incluso, México y Venezuela son señalados por la Cepal como los países que se salen del rango promedio de la región, al registrar
proporciones relativamente elevadas de personas ocupadas con ingresos por debajo de la línea de la pobreza, a pesar de tener un producto interno bruto (PIB) per cápita relativamente elevado; son dos países productores de petróleo cuyo producto se beneficia de la explotación de recursos naturales, sin que esta actividad genere una cantidad elevada de empleos productivos.
La mayor riqueza de una economía, insiste la Cepal, no se traduce automáticamente en un mejor bienestar para los trabajadores en la base de la pirámide de ingresos.
El crecimiento económico como tal no es suficiente para mejorar la inserción laboral de los trabajadores que sufren algún tipo de exclusión laboral, en este caso en la proporción de empleos con muy bajos ingresos. Se observan varios casos (de países latinoamericanos) con un crecimiento económico relativamente elevado, pero con un estancamiento y hasta un aumento de la proporción de trabajadores con ingresos bajo la línea de la pobreza.
La investigación de la Cepal, a cargo de Jüergen Weller y Claudia Roethlisberger, oficiales de asuntos económicos del organismo, comenzó a ser difundida hace una semana pero el periodo analizado abarca entre 1996 y 2007, último año en que se tienen estadísticas comparables para las 18 naciones.
Si bien en ese lapso se incrementó la
formalización del empleo asalariado, la tercera parte de los asalariados de la región, entre ellos los de México, carecen de un contrato donde se asienten sus derechos y obligaciones.
El contrato, según la Cepal, forma parte de la estabilidad laboral junto con la duración de las relaciones laborales y es un instrumento clave para que los trabajadores accedan a otros beneficios que representan empleos de calidad, como la cotización a los sistemas de seguridad social (pensiones y servicios médicos) o el pago de aguinaldo.
Cae trabajo permanente
La Cepal destaca que el empleo permanente fue el único de los indicadores analizados que empeoró en el periodo referido, ya que el mercado laboral actual tiende a caracterizarse
por una mayor rotación del empleo, facilitado por los cambios en la legislación laboral de muchos países.