domingo, 6 de marzo de 2011

Campos maduros y nuevo intento privatizador

Antonio Gershenson
Los funcionarios relacionados cayeron en el ridículo una vez más. Inician el proceso para entregar, por lo pronto, y bajo contratos incentivados, y por tanto, ilegales y anticonstitucionales, tres campos del sur, llamados maduros: Magallanes, Carrizal y Santuario, de donde se extraen ¡13 mil barriles diarios de crudo en los tres! Apenas un poco más que uno de los mejores pozos perforados en los últimos años en la región sur.
Si Chicontepec era ya el ridículo, mandando un dineral para extraer uno o uno y medio por ciento de la producción nacional, ahora es peor. De los 13 mil, dicen los funcionarios, se pasará a la fabulosa cantidad de 50 mil barriles y, para el siguiente sexenio, 70 mil: un fabuloso dos por ciento de la producción nacional.

Pero aun eso es mentira. Ya lo vimos una y otra vez, por ejemplo, en Chicontepec. Se habían anunciado niveles de producción de 500 mil e incluso de 800 mil barriles diarios para el futuro. En 2007, se cumplió el objetivo de producción de crudo en 59 por ciento. En 2008, se cumplió en 39 por ciento, y en 2009, en 38 por ciento. Después de cientos de perforaciones, mucho más que los 86 pozos perforados en 10 años la región marítima suroeste, la producción en 2010 fue de 41 mil barriles diarios, uno y medio por ciento de la nacional.
En el informe del resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2009 se tomaron cuatro contratos de Chicontepec como muestra. Y se perforaron únicamente 127 de los 226 pozos programados, lo que representa un avance de 56.2 por ciento de las metas previstas para el ejercicio 2009. En cambio, el ejercicio del presupuesto se cumplió, o sea que se pagó a las contratistas lo previsto, y sólo se perforó poco más de la mitad. El costo por perforación, entonces, fue casi el doble de lo presupuestado, que ya era altísimo.
Los llamados campos maduros, según documento de Pemex Exploración y Producción, están sujetos a contratos con tarifa por barril. Estos fueron los llamados, en tiempos de Miguel Alemán, contratos riesgo. La única diferencia es que entonces se pagaba con petróleo. Pero nada impide comprar el petróleo a la empresa contratada, con el dinero que le pagaron. Estos contratos están prohibidos por la Constitución. Además, son incentivados, si sale todo bien les pagan aún más. Pueden ser hasta por 25 años.
Sin tanto discurso oficial, sin esos casos de muy baja extracción, en zonas en las que hay más peso del trabajo directo de Pemex, tenemos aumentos importantes en la producción, a pesar de que es mucho menos lo que se les ha dado de presupuesto, y en general ha habido menos perforaciones.
Acaba de salir el reporte de resultados de Petróleos Mexicanos... etcétera, al 31 de diciembre de 2010. En el cuarto trimestre, la producción en Cantarell bajó de 620 mil barriles diarios en 2009 a 520 mil en 2010. Una reducción de 100 mil barriles diarios en un año.
Eso se compensa parcialmente con el aumento de 30 mil barriles en el mismo lapso en el litoral de Tabasco. Y con otros 30 mil en la región sur. Las regiones marina suroeste y sur ya producen, sumadas, un millón 85 mil barriles diarios: más del doble que los 520 mil que dijimos de Cantarell.
La caída de Cantarell pesó más que el aumento de las zonas ahora citadas, y la producción nacional en el cuarto trimestre de 2010, frente al mismo periodo del año anterior, bajó seis por ciento.
La producción de gas natural en el litoral de Tabasco aumentó, en los dos años recientes (cuarto trimestre) 35 por ciento. Esto muestra que el verdadero Pemex puede aumentar su producción frente al ridículo de quienes quieren contratismo a toda costa, en las peores zonas y con la mayor inversión. ¿Por qué nada de esto de los aumentos de producción está en los discursos oficiales? Porque esto no es el negociazo del contratismo.
Siguen gastando en lo que no produce. La exploración sísmica 3D, en sus dos terceras partes, va a las aguas profundas que cuestan mucho y no producen nada. Si se destinara a las mejores zonas, aumentarían las reservas mucho más que lo que sucede ahora, que a menudo se reducen.
El gran anuncio, ante todo esto, es el de la próxima entrega de los trescampos maduros. Y se pagará un dineral a los contratistas. Si resulta, como en Chicontepec, que la producción prevista, de por sí ridícula, se reduce mucho, de todos modos les pagan todo a las grandes empresas privadas, especialmente trasnacionales.
Solidaridad con Rafael Barajas, El Fisgón
antonio.gershenson@gmail.com